El país donde florece el limonero, Helena Attlee y Los senderos del mar, María Belmonte, ambas de Acantilado, 22 € y 18 €
El exquisito catálogo de Acantilado nos ofrece dos recorridos singulares, del Mediterráneo al Cantábrico.
El primer título, El país donde florece el limonero, de Helena Attlee, es una deliciosa y original mezcla de ensayo, libro de viajes, rutas y alguna que otra receta con la historia de los cítricos en Italia como hilo conductor. La autora, inglesa experta en jardines, descubrió el país en su juventud y se ha especializado en su idiosincrasia y su geografía. Con la excusa de los cítricos, en especial del limón, su fruta favorita, nos adentramos en una viaje geográfico pero también histórico y cultural, pues la historia del cultivo de los cítricos se sustenta con la apertura de rutas comerciales, ambiciones económicas y vicisitudes climáticas. La obra es un estallido de color, luz y sabor, no exento de sensualidad y vitalidad, escrita con una prosa elegante, sincera y cautivadora.
El segundo volumen, de la traductora técnico-literaria y autora del notable Peregrinos de la belleza, publicado en la misma editorial, María Belmonte, nos invita a realizar una travesía a pie por la costa vasca acompañada de personajes como Aristóteles, Goethe, Víctor Hugo, Darwin, Jane Austen y otros escritores, pintores y aventureros. En plena fiebre por la recuperación de Thoureau y los valores naturalistas y la vida simple y sencilla, Belmonte nos sumerge en una ruta a pie donde va experimentando tanto los cambios del paisaje –el marítimo y el terrestre-, como el encuentro con las historias, los lugares, los oficios y las tradiciones. Precisamente fue Thoreau quien, como señala la autora «(…) escribió que no hay que ir a lugares remotos, que lo más próximo puede ser extraordinario»