Nacida en Pontevedra, Susana Fortes es escritora, profesora de Historia del Arte y articulista de prensa. Comenzó su carrera literaria en 1994 con la novela Querido Corto Maltés, que obtuvo el Premio Nuevos Narradores. Desde entonces ha cosechado importantes galardones. Finalista del Premio Primavera 2001 con Fronteras de Arena, del Premio Planeta 2003 con El amante albanés. Su primer gran éxito internacional fue la novela histórica Quattrocento (2007) y sobre todo Esperando a Robert Capa, Premio Fernando Lara de novela (2009) que ha sido traducida a más de quince idiomas y cuyos derechos cinematográficos se han vendido al cine.
SEPTIEMBRE PUEDE ESPERAR
En plena celebración por el décimo aniversario de la II Guerra Mundial, la escritora Emily J. Parker desaparece en extrañas circunstancias. Jamás hallaron su cuerpo. Sesenta años después una joven estudiante fascinada por esta historia viajará de Galicia a Londres para investigar el pasado de la escritora. Una novela en la que los recuerdos, el mundo del espionaje, la intriga psicológica y los sentimientos encontrados van tejiendo una emocionante trama entre el pasado y el presente.
¿Por qué es escritora?
No supe que quería ser escritora hasta que lo fui y, desde entonces ya no pensé en ser otra cosa. Me gusta contar historias. No creo que sea mejor que construir muebles, hornear pan o conducir un autobús, pero tampoco es peor.
¿Tiene algún ritual para escribir?
Escribo a puerta cerrada. Es una manera de decir en casa que no me incordien si llega un aviso de SEUR o se atranca el filtro de la lavadora. Aunque, ni caso, claro. Algunos escritores tienen la suerte de poseer un refugio frente al mar con un escritorio colonial de persiana como el que usaba Rudyard Kipling. Yo me conformo con poder cerrar la puerta. Y gracias.
¿Cómo encaja las críticas?
Después de haber sobrevivido a los comentarios de mi profesor de Matemáticas de Primaria, creo que podré soportar estoicamente lo que diga el gurú literario de turno.
¿Qué libro está leyendo?
Los colores de nuestros recuerdos, de Michel Pastoreau. Un libro raro y exquisito.
¿Qué hace falta para ser escritor?
Algunas cosas ayudan, como tener imaginación, un poco de suerte, buen oído, cierto sentido del ritmo, intuición para ordenar las palabras. Pero por encima de todo, leer. La lectura es el principal motor creativo en la vida de un escritor.
¿Es una escritora con prejuicios?
Me gustaría decir que no, pero seguro que tendré unos cuantos.
El libro que le hubiera gustado escribir…
Memorias de África, claro, o La llamada de la selva, de Jack London, o Matar a un ruiseñor.
¿Qué libro no ha leído ni piensa hacerlo?
Digamos que con la edad una ya ha desarrollado cierto olfato para ir al grano.
¿Cuál es su autor clásico de referencia?
La Odisea fue mi primer libro y eso siempre queda.
¿Qué tal lleva las ruedas de prensa y las presentaciones, ser el centro de atención?
Con profesionalidad, al menos lo intento. Forma parte del trabajo. A veces puede resultar cansado, pero tampoco voy a quejarme. Más dura es la mina.
¿De quién es fan?
De Bob Dylan. Así que mejor no me pregunte por la polémica del Nobel.
¿En qué libro entraría como personaje para vivir la historia in situ con los protagonistas?
En cualquier aventura de Corto Maltés.
¿Puede elegir entre Óscar Wilde, Cervantes, Shakespeare, Virginia Woolf, Jane Austen, Robert Graves, Poe y Lovecraft?
Bueno…Tengo días cervantinos y otros más shakesperianos, como todo el mundo.
Si tuviera una ouija con que autor o autora conectaría y qué le preguntaría?
No soy muy dada a las ouijas. Pero me encantaría poder charlar una tarde entera con John Le Carré cara a cara. En su casa o en la mía.
Viaja al pasado y puede pasar un día con alguien ¿Dónde y con quién?
Creo que pasaría un buen rato con Leonardo Da Vinci en la Florencia del Quattrocento. Era un tipo divertido.
¿La piratería tiene algo positivo como tanta gente afirma?
En mi época de estudiante sin un duro recuerdo haber robado algún libro. Era habitual hacerlo y gozaba de cierta manga ancha, como robar para comer. Lo más triste de la piratería de ahora es que mucha gente que descarga ilegalmente un libro ni siquiera lo lee.
¿Qué es más fácil, dar clases y conseguir buenos resultados o escribir un libro?
La enseñanza es una carrera de obstáculos, escribir una novela se parece más a un combate de esgrima. En cualquiera de los dos casos es necesario temple y cintura.
¿Qué palabra no aceptada aún añadiría usted a la RAE?
«Iros». No conozco a nadie que diga «Idos todos a tomar viento».
¿Qué tal su sexto sentido?
En constante adaptación al medio.
¿Ha visto un ovni, un fantasma, algo raro…?
(¿Qué?) Ovnis y fantasmas, no, de momento. Cosas raras, todos los días. Cada vez que pongo el telediario.
¿Le avergüenza que le hagan preguntas de este tipo?
No. ¿Por qué iba a avergonzarme?
¿Qué admira en los demás que usted no tiene?
Don de gentes. Soy bastante borde a veces.
¿Con que le cabrean?
La cutrez de miras me cabrea bastante. De un lado y de otro.
¿Con que se parte de risa?
Con las películas de Billy Wilder.
¿Le gustan los hombres con falda como se ven en las pasarelas?
En general los modelos de pasarela no son mi tipo. Pero Sean Connery con kilt tiene muy buena pinta.
¿Qué le daba miedo de niña y que le da miedo de adulta?
De niña nunca le tuve miedo al lobo, pero me asustaban las gallinas. Así se podría definir mi personalidad. Un rasgo de carácter que le presté a la protagonista de Septiembre puede esperar. Ahora sobre todo me aterra la enfermedad de la gente a la que quiero, claro.
La pesadilla que aún recuerda…
Cuando viví en Louisiana, tenía el sueño recurrente de que me confundía de salida en la autopista y empezaba a dar vueltas por aquel paisaje de marismas, pelícanos y gasolineras abandonadas… ¡Uff!
¿Con que animal se identifica?
A los perros, los caballos y los delfines que no me los toquen.
Sus manías son…
En el cine y en los aviones me gusta sentarme en la butaca del pasillo, procuro evitar la voz pasiva en las novelas y me gusta escribir descalza.
¿Recuerda alguna travesura de su infancia?
Escaparnos por la ventana en las noches de verano descolgándonos desde el balcón en plan D´Artagnant y bajar a la playa. Creíamos que la fosforescencia del mar era una señal de los extraterrestres. Influencia de Star Treck, supongo.
¿Es usted quejica?
He procurado siempre no serlo por la cuenta que me tenía. En casa estaba mal visto quejarse. Si te caías de un muro o salías mal parado de una pelea, tocaba aguantar mecha. Nos criaron en las leyes del western. Así que aprendimos a caer y levantarnos sin demasiados aspavientos.
La persona que más admira y ¿por qué razón?
Admiro a los héroes anónimos que cada día pelean por llegar a fin de mes y sacar adelante a los suyos sin bailarle el agua a nadie. Y si la vida se les tuerce con una mala racha, una enfermedad, o un ERE son capaces de mantener su dignidad en medio de la miseria moral de alrededor, sin tirar la toalla. Todos conocemos a gente así. Son los últimos Espartacos.
¿De pequeña que quería ser de mayor?
Bueno tuve varias vocaciones intensas pero frustradas, como paracaidista, misionera, bailarina o granjera. Si fracasas de joven, a los doce o trece años, después todo te parece pan comido.
¿Disfruta o sufre con las películas de terror?
Disfruto. Desde el Antiguo Testamento, la fascinación por el miedo está en nuestro ADN. Asesinos de niños, padres cuchilleros, plagas mortíferas…. Todo está en la Biblia.
¿Cuándo fue la última vez que se mordió la lengua para no decir lo que pensaba?
Hace un ratito.
De 1 a 10, siendo diez lo positivo, ¿Qué puntuación le da a los políticos de este país?
Históricamente hemos tenido una suerte pésima con nuestros gobernantes. Pero desde que hay elecciones, creo que alguna culpa habremos tenido todos nosotros en lo que hay.
¿Cuál es la pregunta más extraña que le han hecho?
Cuando se publicó Esperando a Robert Capa, una señora muy amable me preguntó en el súper qué se sentía al ganar el Premio Nobel. Fue una pregunta estupenda, la verdad.
¿A qué es adicta?
A ver una serie después de cenar: Fargo, The Newsroom, The Night Of, True Detective…
¿Su filosofía o lema de vida?
Me gusta una frase que decía mi abuela Nina: «Del agua mansa líbreme Dios, que de la brava ya me libro yo».
¿Quién es su amor platónico?
Paul Newman, por supuesto.
¿Suelta tacos?
Procuro no hacerlo. Pero cuando la ocasión lo requiere, no soy de las que dicen «mecachis» precisamente.
Su leyenda urbana favorita…
Eso del miedo del escritor ante la página en blanco. A lo que se debería tener miedo es a la página escrita.
¿Qué cree que hay después de la muerte?
Un erial cósmico de aquí te espero.
Si tuviera que reencarnarse ¿en qué o quién lo haría?
No estaría mal pasar una temporada en la piel de Maurenn O´Hara. ¡Era pelirroja!
¿Se arrepiente de algo?
Sí.
¿Le cuesta reírse o tiene la risa floja?
Mi manera de observar el patio está más cerca de la media sonrisa que de la carcajada.
¿Qué opina de los concursos tipo Eurovisión o Miss España?
Como material arqueológico, sirven para entender de dónde hemos salido.
¿Ve algún programa de televisión?
Me gustan las entrevistas que hace Jordi Évole.
¿Chupachups, chicles, pipas, revistas..? Defínase ante un quiosco.
Revistas y periódicos.
¿Se ha divertido con esta entrevista test o le hubiera gustado más atrevida?
Ha estado bien, aunque yo había venido aquí a hablar de mi libro, como diría Umbral… (Risas)