Si a cualquier lector medianamente culto se le pregunta por algunos de los editores más insignes de nuestro país, es probable que dé unos cuantos nombres de los considerados exquisitos. Somos deudores, ciertamente, de su trabajo, y de esos catálogos espléndidos que han contribuido ─teóricamente─ a desasnarnos un poco; nunca se lo agradeceremos lo suficiente.
Hay, sin embargo, un numeroso plantel de editores, la mayoría más jóvenes, que también llevan a cabo un trabajo importante. Es labor de picapedrero y sin focos que suele lucir poco, pero desde Qué Leer queremos reivindicarla y darle cierto altavoz. Puede que no editen libros tan exquisitos como los anteriormente mencionados y que no les hagan caso los suplementos culturales, pero sus retoños literarios son también encomiables, gozan del favor del público y contribuyen a la solidez de los catálogos y a los presupuesto de las empresas editoriales.
Licenciada en periodismo por la UAB, Laura Álvarez lleva más de dos décadas en Penguin Random House, actualmente como editora de los sellos Grijalbo no ficción y Rosa dels Vents.
Ambos sellos solían nutrirse de la narrativa extranjera, pero supieron abrirse un hueco para autores de casa; superventas como Albert Espinosa, que irrumpió con su exitoso mundo amarillo en la no ficción, antes de adentrarse en la novela.
Dentro de un gigante como Penguin Random House no es fácil mantener desde hace más de una década un pequeño sello en catalán. Rosa dels Vents nació para traducir unos pocos títulos de best sellers extranjeros al año y, poco a poco, ha logrado ir construyendo un catálogo coherente que se ha abierto también a autores catalanes, y se ha mantenido firme dentro en medio de las vorágines librescas y reestructuraciones varias.
Damos fe de que es una mujer chispeante y divertida, poseedora de una increíble mano izquierda (y derecha) en el trato social y de un olfato único para saber dónde se encuentra una buena historia.
A pesar de vivir entre manuscritos, durante su tiempo libre se sumerge en la narrativa, sea española, catalana o extranjera. Lecturas que luego aprovecha para estimular a los participantes en las charlas de un club de lectura para gente de edad. Hay que cuidar a todo tipo de autores.