“Cuando yo empecé, la gente se escondía para leer cómics. Hoy día ya son una parte importante de la cultura pop”, Jim Lee.
«El término “cómics” hace tiempo que quedó obsoleto. “Arte secuencial” es una descripción más exacta», Will Eisner.
«El cómic es un medio muy especializado de arte donde habitan muchas cosas raras, talento e imaginación», Grant Morrison.
«Los cómics son capaces de ser cualquier cosa que una mente pueda imaginar», Bill Watterson.
«La vida no se divide en géneros. Es una horrible, romántica, trágica y cómica novela de ciencia ficción de detectives. Con un poco de pornografía, si tienes suerte», Alan Moore.
Un año más, dibujantes, guionistas, editores, lectores y curiosos se han reunido en el Salón del Cómic de Barcelona para celebrar la buena salud y la diversidad del universo de la viñeta.
Supergirl empuja un carrito de bebé. Un imponente Jason Voorhees con machete y las manos pintadas de rojo sangre suelta una carcajada bajo su máscara de hockey. Un grupo de pequeños Spidermen huyen de un enemigo invisible. Wonder Woman habla con una versión femenina de Thor y un par de Lokis. Naruto le pide un trago de agua al monstruo Bu. Sailor Moon posa junto a Sora de Kingdom Hearts. Fascinados, un par de autores firman sus obras sin perder de vista el desfile incesante de cosplays. Las convenciones de los amantes del tebeo son una fiesta. Una celebración envidiable, cuyo espíritu lúdico ojalá algún día contagie a las diferentes ferias del libro del país. ¿Se imaginan a un grupo de muchachas disfrazadas de Elizabeth Bennet bajando las calles de Barcelona en San Jordi? ¿Y a Don Quijote del brazo de Hamlet y junto a Madame Bovary recorriendo La Feria en El Retiro? Yo sí me los imagino. Pero más allá de este deseo particular, el Salón nos ha dejado un buen puñado de obras interesantes. Aquí recogemos algunas.
Empecemos por una de las obras ganadoras: Pinturas de guerra de Ángel de la Calle, publicada por Reino de Cordelia, Mejor Obra de autor español. Novela gráfica que hace honor a esa definición, plagada de referencias culturales, en la que el personaje principal, también llamado Ángel de la Calle, llega a París en busca de información de la icónica actriz Jean Seberg con la intención de escribir su biografía. Sin embargo, se verá envuelto en una aventura que involucrará a espías, pintores sudamericanos exiliados y toda una galería de personajes pintorescos.
Y seguimos con otra caterva de tipos peculiares, los que habitan Paranoidland, fanzine de seis números que ahora ha recogido La Cúpula en un único volumen. Sus páginas son un muestrario de los nuevos talentos del tebeo españoles. No en vano, ganó el Premio al Mejor Fanzine en el Salón del año pasado.
Más galardones. Esta vez, el de Autor Revelación, que recayó en Ana Penyas, autora de Estamos todas bien, Ediciones Salamandra. Penyas le pidió a sus dos abuelas, Maruja y Herminia, que les contarán su vida con la idea de hacer un cómic. Según la crítica especializada, Penyas ha logrado dar voz a una generación olvidada de mujeres que sobrevivió al franquismo.
También de los recuerdos que una nieta despierta en su abuela nace Colaboración horizontal, de Navie y Carole Maurel, publicado por Dibbuks. Una historia de amor prohibido en la Francia ocupada por el ejército alemán. Cartillas de racionamiento, miedo y encuentros furtivos.
Cambiamos de continente y de época pero seguimos con personajes que vivieron bajo una amenaza mortal. En Trapicheos en la Segunda Avenida, Joyce Brabner y Mark Zingarelli rinden tributo a la primera generación de homosexuales que se enfrentaron al sida. Esta novela gráfica editada por Dos Bigotes recuerda los primeros tiempos de la enfermedad en un Nueva York que veía como su fiesta continua se acababa bruscamente.
Un matón de la mafia de Nueva York llega a Los Apalaches en tiempos de la ley seca para convencer al mejor destilador del país para que trabaje para ellos. Así arranca Moonshine, la nueva colaboración de Brian Azzarello y Eduardo Risso, los creadores de 100 Balas. Editada por Planeta Cómics.
Más género negro por otro equipo ganador: The Fade Out, de Ed Brubaker y Sean Phillips, publicado por Panini. Creadores de obras capitales como Fatale y Criminal, sus historias tienen un aroma clásico que recuerda a la literatura de Raymond Chandler y, especialmente, a la de James Ellroy.
La misma editorial nos sorprende con un título de espías: James Bond: Felix Leiter, de Aaron Campbell y James Robinson. Se trata de una visión paralela del universo del agente 007 protagonizada por Leiter, su compañero de correrías. Atentados, espías rusas y el servicio secreto japonés son algunos de los ingredientes de este cóctel explosivo.
Si hablamos de clásicos del tebeo mundial, pocos tienen la altura del Flash Gordon de Alex Raymond. Editorial Dolmen ha editado Flash Gordon. Jungle Jim (1942-1944), que recoge la última época de Raymond dibujando las aventuras del héroe galáctico.
También Dolmen presenta Príncipe Valiente 2017, de Tom Yeates y Mark Schultz. Efectivamente, se trata de nuevas aventuras del caballero medieval, pero respetando el legado de su creador Harold Foster.
Y seguimos con iconos, en concreto con el llamado «dios del manga», Osamu Tezuka. Planeta Cómic edita Antología Tezuka, una recopilación de casi mil páginas con cuatro de sus mejores obras autoconclusivas: Metrópolis, Lost World, Next World y La isla del tesoro. Pedazo de regalo.
También desde Asia, y gracias a Dibbuks, ha llegado El arte de Charlie Chan Hock Chye. Una historia de Singapur, de Sonny Liew. Esta obra, después de llevarse tres premios Eisner el año pasado, ha sido galardonada con el Premio a la mejor Obra Extranjera del Salón. La trama nos cuenta la vida de un dibujante de cómic llamado Charlie Chan durante los últimos años de la agitada historia de Singapur.
No menos clásico, aunque contemporáneo, es el alemán Ralf König. La Cúpula edita Pitopausia. Otoño en los pantalones. Sus populares personajes Paul y Konrad han superado los cuarenta y se enfrentan con su chispa habitual a los inevitables cambios hormonales, a las canas y ¿a la monogamia?
Otro maestro del humor es Jan, padre del más importante superhéroe patrio: Superlópez. Este 2018 se cumplen 45 años de su creación, y Penguin Random House los va a celebrar con la publicación de cuatro nuevos títulos: Nuevas aventuras de Mambrú, Superlópez XXL, Robinson y El Gran Libro de Superlópez.
Más humor de aquí, aunque más surrealista y oscuro, el de Paco Plaza en La fábrica de problemas, una recopilación de sus tiras cómicas en la revista Orgullo y Satisfacción que edita Astiberri. ¿Te imaginas a Bukowski y a Tolkien compartiendo piso? ¿Y a presidentes reptilianos? Plaza sí y lo ha dibujado.
Al igual que el cine, el cómic en ocasiones también bebe de las aguas de la literatura. Es el caso de la adaptación del célebre cuento La lotería de la genial Shirley Jackson, llevada a cabo por el nieto de la propia autora, Miles Hyman, y que publica Nórdica Cómic. Sería imperdonable revelar aquí el argumento, una historia tan inquietante como inolvidable.
No es la primera vez que esta editorial se atreve a la traducción en viñetas de un clásico literario. En su catálogo encontramos versiones del Relato Soñado de Arthur Schnitzler, de Cuentos de muerte y demencia de Edgar Allan Poe y de El hombre que fue jueves de G. K. Chesterton. Además de una estupenda biografía ilustrada de Julio Cortázar, escrita por Jesús Marchamalo y dibujada por Marc Torices.
Otra vuelta de tuerca es la de Ricard Ruiz Garzón, que adapta su propio libro Las voces del laberinto mano a mano con el dibujante Alfredo Borés. El resultado es Las voces y el laberinto, una obra con entidad propia que aborda el tema de la locura y que edita Sapristi Cómic.