Barcelona, 1960-Íbid., 2018
El pasado viernes 11 de enero fue un día de consternación en el mundo editorial hispano, cuando, a última hora de la tarde, se tuvo noticia de la inesperada muerte de Claudio López de Lamadrid a causa de un fulminante infarto cerebral en las mismas oficinas de Penguin Random House.
No podría entenderse la figura de Claudio López de Lamadrid sin sus orteguianas circunstancias familiares y sociales. Pero no son estas las que queremos glosar.
Nacido en Barcelona y licenciado en Derecho, López de Lamadrid empezó su carrera de editor de la mano de su tío, Toni López de Lamadrid y la pareja de este, Beatriz de Moura, al timón ambos de la editorial Tusquets. Al cabo de un tiempo, se marchó a París para aprender el oficio con el editor Christian Bourgois.
A su vuelta, permaneció una década en Tusquets, donde aprendió, se curtió en los distintos aspectos del mundo de la edición. Parecía ser el sucesor natural para la editorial, pero ciertas desavenencias profesionales propiciaron su marcha para dedicarse durante un breve período a la crítica literaria y a la traducción; sin embargo, él mismo reconoció que no estaba dotado para ello y que le faltaba paciencia.
Durante esa época, contactó con Círculo de Lectores, donde puso en marcha —junto al crítico Ignacio Echevarría, amigo del alma hasta el final— el núcleo de la editorial Galaxia Guternberg en 1994. En 1997, el editor Gonzalo Pontón lo fichó para ejercer de director literario de Grijalbo Mondadori. Se estaban fraguando grandes fusiones editoriales y alrededor del año 2000 el grupo hispano-italiano entró a formar parte en el conglomerado del alemán Bertelsmann y, posteriormente, el americano Random House. Hablamos de la actual Penguin Random House, uno de los gigantes del mundo editorial en español junto al Grupo Planeta.
Al lado del gran jefe de entonces, Riccardo Cavallero, con quien tuvo muy buena relación en lo profesional y lo personal, puso en marcha el catálogo de Literatura Mondadori (actualmente Literatura Random House).
Este catálogo es el gran legado que deja López de Lamadrid: en el cabían numerosos premios Nobel (Gabriel García Márquez, V. S. Naipaul, Elfriede Jelinek, Toni Morrison, Ohran Pamuk, J. M. Coetzee…), así como pesos pesados de la actual narrativa anglosajona, algunos consagrados, otros miembros de la llamada Next Generation: David Foster Wallace, James Ellroy, Michael Chabon, David Sedaris, Cormac McCarthy, Jonathan Lethem, Junot Díaz, Pahlaniuk, Saunders, Susan Sontag, Salman Rushdie, Garth Greenwell, David Vann, Donald Ray Polock, Philipe Meyer, David Mitchell o Colson Whitehead. Se fueron incorporando otras voces de otras lenguas como Daniel Pennac, Antonio Lobo antunes, Virgine Despentes, Paolo Cognetti, Chimamanda Ngozi Adichie…
Asimismo, es muy relevante el puente que estableció entre la literatura española y las latinoamericanas: Javier Cercas, Juan Marsé, Salvador Pániker, Francisco Casavella, César Aira, Sergio Pitol, Javier Calvo, Rodrigo Fresán, Luis Noriega, Félix Romeo, Patricio Pron, Belén Gopegui, Samantha Schweblin, Nona Fernández, Fernanda Melcor, Antonio Ortuño, Mariana Moreno, Santiago Gamboa, Héctor Castellanos Moya, Élmer Mendoza, Javier Pastor, Miguel Barroso… Era una de sus obsesiones que ambas literaturas no se dieran mutuamente la espalda y para ello creó la plataforma Mapa de Lenguas dentro del paraguas de Penguin Random Hosuse, definido como «contenedor» para que las nuevas voces —o las voces más complejas— del español de Latinoamérica se encuentren con el lector en español de España.
Dio voz a nuevos valores de nuestras letras como Sergio del Molino, Laura Fernández, Eva Baltasar, Álvaro Colomer, Mercedes Cebrián, Elvira Navarro… a quienes deja huérfanos de la figura protectora e inspiradora del editor —Álvaro Colomer habló incluso de una orfandad emocional—, en el sentido anglosajón del término. El editor que acompaña al autor o traductor en el proceso de escritura. El editor que, según sus propias palabras, «ha de tener pasión, olfato y saber relacionarse».
Recuperó obras y recopilaciones de Rafael Sánchez-Ferlosio, Francisco Casavella, e impulsó la colección Poesía Portátil con autores como Pablo Neruda, Jaime Gil de Biedma, Constantino Cavafis, Rainer M. Rilke y Emily Dickinson.
DEP, Claudio, y nuestro pésame a familia, amigos y compañeros de Penguin Random House.
QL
LA PRENSA HA DICHO:
Fue un gran comunicador editorial, capaz de explicar con gestos mínimos la importancia de los jóvenes y la solidez de los mayores.
Juan Cruz, El País, 12 de enero de 2018.
¿Qué es lo que ha hecho importante, como editor, a Claudio López Lamadrid? En ocasiones se le ha señalado como un adalid de la literatura posmoderna. El primer post modern literario norteamericano —la obra de Barth, Barthelme, Pynchon…— floreció en los años sesenta y ya era conocido en España. Pero a fines de los noventa vive un gran rebrote con un grupo de autores metaliterarios, irónicos, temáticamente realistas y formalmente experimentalistas, en el que se centró Claudio.
Sergio Vila-sanjuán, Cultura/s (La Vanguardia), 19 de enero de 2019.
Todos los que trabajamos con él podemos dar fe de que, bajo su amparo al menos, en la empresa nunca se atentó contra la libertad de criterio ni de elección. Gracias a él fuimos siempre editores independientes. Aquellos años de abundancia, felicidad y fruición están ya para siempre asociados a su calor, a su risa volcánica, a su voz grave y rota.
Por Claudio, Andreu Jaume, Crónica Global, 12 de enero de 2018
No hay un solo escritor de mi generación que no soñara con traspasar la puerta de ese despacho y, en consecuencia, publicar con Claudio López de Lamadrid. Había convertido su sello en garantía de calidad.
Despacho pequeño, editor grande, Álvaro Colomer, El Mundo, 13 de enero de 2018.
Nadie podrá llenar, nunca, el vacío que Claudio deja en el sector editorial a este y al otro lado del charco. Hoy amanecemos con el corazón roto. EDITOR, con mayúsculas, supo transmitir su pasión literaria con generosidad y devoción.
Inés Martín Rodrigo, ABC, 14 de enero de 2019.
Era un relaciones públicas muy peculiar, pues no hablaba mucho, amén de un editor como la copa de un pino, a saber: aquel que posee no solo proyecto, sino también visión.
Claudio, Elvira Navarro, El Cultural, 12 de enero de 2019.