«El verano en que cumplió quince años, descubrió que era de carne y hueso». Con este arranque empieza La juguetería mágica, una de las mejores y más célebres obras de Angela Carter, una novela sobre el despertar a los misterios del cuerpo y del alma y sobre el siempre violento descubrimiento de ese reino del caos y lo inesperada que es la vida.
Hay autores —más autoras— que, injustamente, son unos grandes desconocidos fuera de los límites geográficos del país y la lengua que los vio nacer. Es el caso de Angela Carter (Eastburne, 1940 – Londres, 1992), una escritora de culto que muy pocos habían leído —en viejas ediciones de bolsillo hoy casi imposibles de encontrar, salvo en mercados de segunda mano—, hasta que hace unos años la editorial madrileña Sexto Piso se propuso empezar a recuperar su obra con ese magnífico título, tan bien acompañado de las ilustraciones de Alejandra Acosta, que es La cámara sangrienta.
El año pasado nos ofrecieron un extenso y ambicioso volumen, Quemar las naves, que reúne todos sus relatos cortos —salvo los cuentos de hadas, publicados por Impedimenta—, y que son, para muchos, la mejor representación de su obra.
Ahora llega a las librerías una de las novelas más célebres de la autora inglesa, La juguetería mágica. En ella encontramos todos los ingredientes que hacen de una escritora, a la vez que inimitable, creadora de escuela; no en vano, en la contraportada afirma que «toda mujer que escriba hoy en día está en deuda con ella, la haya leído o no». Por estas páginas transitan personajes femeninos volubles y fuertes, siempre a punto de estallar como una flor en primavera, desafiantes y temerosos a partes iguales, profundamente sexuales, siempre rodeados de un ambiente gótico, fascinante, opresivo, como si toda la vida fuese un largo atardecer a punto de dejar salir, al abrazo de la oscuridad, toda suerte de seres imposibles y extraños.
La protagonista de esta historia, que se nos presenta en plena consciencia de los cambios de su cuerpo y de las múltiples posibilidades de sus rincones, ejemplifica ese rito eterno, común a cualquier época y cultura, que es el paso a la madurez, de la niña a la mujer, y todos los anhelos, miedos y dudas que genera. Cuando ella y sus dos hermanos pequeños quedan huérfanos —después de un pasaje exquisito y onírico de Melanie trepando un árbol enfundada en el vestido de novia de su madre—, los tres son enviados a vivir con su extraño tío a los suburbios de Londres. Dueño de una exitosa anticuada y oscura, repleta, como era de esperar, de toda clase de extraños juguetes y artefactos, vive junto a Margaret, su esposa, los hermanos de esta. Todos ellos, pelirrojos y salvajes, representarán para la protección, la confianza, pero también el peligro y la atracción desmedida, frente a la sombra todopoderosa, semejante a un huraño Barba Azul —siempre Barba Azul—, que es tío y los perversos planes que alberga para su sobrina.
Después de otra taza de ese té oscuro y exótico que es la prosa de esta autora, solo podemos esperar que los editores de Sexto Piso se animen a recuperar en los próximos años títulos como El Doctor y las infernales máquinas del deseo, Héroes y villanos, Niños sabios o La pasión de la nueva Eva.
Raquel Moraleja
LA JUGUETERÍA MÁGICA. Angela Carter
Sexto Piso, traducción de Carlos Peralta, 244 pp., 19,90 €