«Francisco Ibáñez merecería un número entero para sí solo y una estatua a caballo en la puerta de todos los colegios del país»
«Este es un universo donde Batman y el Joker se fotografían juntos, en el que Mera, Daenerys, Bulma y Fionna la Humana comparten mesa y pizza con personajes del Fortnite y el Capitán América»
El Salón del Cómic de Barcelona ha pasado a llamarse Cómic Barcelona pero, más allá del ahorro nominal, sigue siendo un lugar de encuentro y felicidad colectiva con los tebeos como excusa. Este año hemos vuelto a pasearnos por sus instalaciones para disfrutar del ambiente y apuntar algunas novedades.
Los universos alternativos existen y son mucho mejores que el nuestro, palabra. No lo digo siguiendo la estela de algunos científicos que apuntan su probabilidad. No, lo digo porque este fin de semana he estado en uno. Un universo no muy grande, de acuerdo, pero sin mítines políticos ni partidos de fútbol ni alquileres desorbitados, qué maravilla, qué descanso. Un lugar donde Batman y el Joker se fotografían juntos, en el que Mera, Daenerys, Bulma y Fionna la Humana comparten mesa y pizza con personajes del Fortnite y el Capitán América, donde los niños dibujan por todas partes y a nadie le parece mal. Un universo donde puedes conseguir un tebeo firmado por el gran Francisco Ibáñez, por el genial Daniel Clowes o por la jefa Flavita Banana, entre muchos otros. Un universo fugaz, eso sí, solo tres días y luego ¡kaboom! Se acabó. Pero nos hemos guardado unos recuerdos, algunos de los mejores tebeos que se presentaron este año. Vamos a echarles un vistazo.
Los premiados
El premio a Mejor Obra de autor extranjero estaba cantado: Lo que más me gustan son los monstruos, de Emil Ferris (Reservoir Books) estaba en todas las quinielas. El debut de la norteamericana Ferris es uno de los tebeos más alabados de los últimos años, tanto por crítica como por público. Sin viñetas al uso y con un despliegue técnico potentísimo, se ha destacado su carácter intimista, experimental y complejo con un armazón argumental sorprendente: el diario de Karen Reyes, una chiquilla de diez años que se cree una niña-lobo e investiga el asesinato de su vecina, superviviente del Holocausto, en el Chicago de los años sesenta.
El Premio a Mejor Obra para un autor español tampoco ha sido una sorpresa: ¡Universo!, de Albert Monteys (Astiberri Ediciones). La premisa es de las que engancha: gracias a una máquina del tiempo, una empresa manda a uno de sus empleados al momento previo al big bang para patentar el universo en nombre de la compañía. Ciencia ficción y humor de la mano.
Otros premiados fueron: Antonio Altarriba que se llevó el Gran Premio por su trayectoria profesional; María Medem el de Mejor Autor Revelación por Cenit (Apa-Apa); El árbol que crecía en mi pared, de Lourdes Navarro (Sallybooks) el de Mejor Cómic Infantil y Juvenil; Desmesura, de Fernando Balius y Mario Pellejer (Ediciones Bellaterra) consiguió el de Mejor Cómic publicado en España por votación popular; y finalmente Saxifono el de Mejor Fanzine español.
Los clásicos de aquí
Ya lo hemos nombrado antes, pero Francisco Ibáñez merecería un número entero para sí solo y una estatua a caballo en la puerta de todos los colegios del país. Inagotable, acaba de sacar otro tomo de las aventuras de Mortadelo y Filemón: Da Vinci, el pintamona…Lisa (Bruguera).
Otra gran noticia es la recopilación de las tiras cómicas de Quico Jubilata, de José Luis Martín (Sapristi). Un maestro capaz de reflejar la sociedad que vivimos en apenas cuatro viñetas y sin perder el sentido del humor, ¡habría que santificarlo!
Y para cerrar este trío de magníficos, Max acaba de reeditar el integral de Peter Pank (La Cúpula). Clásico del cómic underground español por antonomasia, sus páginas provocan placer y nostalgia de los años ochenta aunque no los hayas vivido (al menos, no tan intensamente como él).
Adaptaciones y otras bestias
Imposible resistirse a mencionar el Peter Pan de Loisel (Planeta Cómic). Se trata de una recreación libre del relato clásico de J.M. Barrie. El escenario son los bajos fondos de Londres, la época es el invierno de 1887. Peter es hijo de una prostituta alcohólica que conoce a un hada que bautizará como Campanilla y que se ve obligado a reunir a los Niños Perdidos.
De la misma editorial nos llega otra relectura: Vlad Drácula, de Roy Thomas y Esteban Maroto, en el que conocemos la juventud del futuro príncipe de Valaquia.
Aunque para sangriento, nuestro bárbaro favorito, aquel destinado a pisar con sus toscas sandalias los enjoyados tronos del mundo. Sí, Conan ha vuelto a Marvel. Y para celebrarlo como se merece, Panini Cómics publica su primer omnibus, más de 700 páginas con las aventuras originales del cimmerio.
Pero para aquellos que sean más de hacer el amor y no la espada y brujería, nos llega Cuarenta maneras de fornicar (Dibbuks), un texto anónimo francés de 1790 ilustrado con picardía por Kim.
Balas, mudanzas y otras opciones
Cada nuevo tebeo de David Lapham es una alegría. Acaba de salir la tercera entrega de la obra de su vida, Balas perdidas 3: Otra gente (La Cúpula). Un fenomenal conjunto de historias de sexo, alcohol, violencia y moteles que forman un excitante mosaico de la sociedad norteamericana.
En Cappuccino Commotion (Nórdica Cómic) Rosa Navarro nos cuenta la historia de una chica de treinta y tres años que se muda de Barcelona a Madrid y comienza «un viaje en busca de la autoafirmación» que nos promete «un lirismo desenfadado, cargado de humor e inteligencia» y donde se aborda la identidad de género.
Por su parte, la norteamericana Nicole Georges recurre a la autobiografía en su debut Doctora Laura, ¿dígame? (Salamandra). «Los secretos familiares, el desarrollo de una identidad propia y el descubrimiento de la (homo)sexualidad constituyen el núcleo» de esta novela gráfica de iniciación.
Seguimos con protagonistas femeninas. ¿Recuerdan las novelas de Elige tu propia aventura? Pues bien, Artur Laperla nos propone en Maldita casa encantada (Sapristi) una original versión en tebeo: el perro de Angélica se ha colado en una mansión embrujada y, de la mano del lector, Angélica deberá entrar en su interior y enfrentarse a muertos vivientes, vampiros, fantasmas y demás monstruos: un arranque con trece finales distintos.
Gatos, artes marciales y superheroínas
Makoto Shinkai, el celebrado autor de 5 cm por segundo y Your name presenta Ella y su gato (Planeta Cómic), una obra autoconclusiva que hará las delicias de los amantes de los mangas costumbristas.
También de Japón y de la misma editorial nos lleva el primer tomo de un manga histórico, El puño de la estrella del norte, escrito por Buronson y dibujado por Tetsuo Hara. Artes marciales en un mundo apocalíptico en el que «el agua se ha convertido en el recurso más preciado y la fuerza, en la habilidad más necesaria».
Se hace raro relatar las novedades de un salón de cómic y no mencionar algún tebeo de superhéroes. Así que vamos a terminar con algo del género, pero intentando dar voz a lo más nuevo y menos habitual. Primero, presentando una nueva serie en grapa del universo Valiant, Livewire, de Vita Ayala, Raúl Allén y Patricia Martín. Las peripecias de una heroína con habilidades tecnopáticas perseguida por el gobierno.
Y segundo, Smart Girl de Fernando Dagnino (Panini Cómics). «Una historia cibernoir que bebe de obras como Blade Runner o Black Mirror, con una combinación única y para adultos de ciencia ficción especulativa y superhéroes».
Un broche perfecto para cerrar un universo alternativo que ya echamos de menos.
Josan Hatero