«Debemos considerar libro todo aquello que nos cuente historias, que es lo que nos interesa como humanos, da igual el soporte; por eso ha triunfado Netflix, que, para mí, es el editor del s. XXI. Se trata de hacer libros digitales inmersivos, con texto, vídeo, imágenes, canciones, etc» (Javier Celaya)
«La producción de libros electrónicos exige una mentalidad y unas competencias a las que los editores más jóvenes y las pequeñas editoriales independientes se han adaptado mejor que el sector más conservador, que necesitara más tiempo para la optimización de sus lanzamientos digitales» (Manuel Gil)
“Habrá que estar también muy atentos al desarrollo del sector de los audiolibros, que ha cobrado un empuje especial en estos últimos años, dada la posibilidad de compatibilizar esta nueva forma de lectura con la práctica de otras actividades» (José Antonio Cordón)
Las editoriales jóvenes e independientes son las más punteras en producir ebooks enriquecidos de calidad y de lectura inmersiva sin importar el soporte ni el formato.
Ya no nos vale con leer un libro en papel sentados un domingo en el sofá o antes de irnos a dormir. Los smartphones han cambiado casi por completo las formas no sólo de los soportes, sino el contenido de los libros en sí y hasta de la lectura en general. Javier Celaya, gurú digital y fundador del portal cultural DosDoce, así como del Congreso del Libro Eléctrónico que lleva seis años congregando a todos los expertos del sector en Barbastro, asegura que «las editoriales independientes nativas digitales están incorporando una gran cantidad de innovaciones tecnológicas y de ideas frescas para contar las historias de forma multimedia, por ejemplo, las apps infantiles y juveniles están haciendo contenidos muy originales.» Muy por encima de lo que se hace en el libro tradicional de papel, que crece muy lentamente, mientras los ebooks siguen creciendo y la autoedición explota en todos los mercados hasta llegar al 50%”, según el Informe 2018 Evolución del mercado digital (ebooks y audiolibros) en España y América Latina, elaborado por DosDoce y Bookwire.es, la principal plataforma de distribución de ebooks y audiolibros en España y América Latina.
El mismo informe apunta que «el nuevo mercado de audiolibros (allí donde ya hay un mercado activo) destacan en su crecimiento.» Lo confirma José Antonio Cordón García, catedrático de la Universidad de Salamanca y director del Grupo de Investigación sobre Edición Electrónica y Lecto-escritura Digital: «El sector de los audiolibros ha cobrado un empuje especial en estos últimos años, dada la posibilidad de compatibilizar esta nueva forma de lectura con la práctica de otras actividades.» A su entender, «la profesionalización de este género, con el cuidado por la locución más adecuada, con especialistas en la misma, la creación de entornos sonoros adaptados a cada tipo de obra y, en definitiva, la optimización del medio para diferentes contextos, convierten este modelo de negocio en una de las novedades más interesantes que, aunque antigua en el tiempo, ha encontrado en el entorno digital su nicho natural.» El mejor ejemplo de estas empresas con catálogos novedosos e innovadores es Storytel, también fundada por Celaya, que está produciendo sus propios libros y ha comprobado «que la gente, cuando se engancha, pasa unas 2 horas 40 minutos al día; 25 minutos el día quien no puede dedicarle tanto tiempo.»
Lectura inmersiva en cualquier soporte
Por todo ello, Celaya preconiza que están destinadas a desaparecer las editoriales que no se suban al carro del ebook enriquecido que se lee (o se escucha) en el móvil, en la tablet o en los e-readers. «Debemos considerar libro todo aquello que nos cuente historias, que es lo que nos interesa como humanos, da igual el soporte; por eso ha triunfado Netflix, que, para mí, es el editor del s. XXI. Se trata de hacer libros digitales que enganchen, con texto, vídeo, imágenes, canciones, etc.» Lo ejemplifica con el acuerdo entre la editorial Visual Editions y Google Creative Lab Sydney, dentro del proyecto Editions at Play, que, a su vez, desde Ambient Literature, investiga la creación de nuevas narrativas digitales cuya experiencia se basa en la ubicación.
Entre esas nuevas narrativas digitales, despunta Unmemory, proyecto ganador del Premio a la Innovación Digital del Congreso del ebook de Barbastro 2018, «una experiencia integral que mezcla narrativa, recursos interactivos y mecánicas de juego para sumergir al lector dentro de una historia de misterio.» Así como Breathe, que implica al lector y trata de personalizar el contenido exclusivamente para él en función de su entorno, basándose en la geolocalización.
Mónica Caballo, analista del sector literario, especialmente en digital, agrega que «hace algún tiempo que existen y evolucionan los libros-app, que llevan programación y que pueden contener interacción, geolocalización, tecnología 3D o realidad virtual, u ofrecer una experiencia de lectura individualizada y personalizada para según cada lector concreto. Hay incluso prototipos experimentales con sensores de estados de ánimo.» De hecho, Textum analiza las emociones del lector y le busca lecturas que se adapten a sus preferencias rastreando en las redes las opiniones de lectores con gustos similares.
El cambio de chip comienza a observarse
En ese sentido, Manuel Gil Espín, director de Estrategia MAG Consultoría del Libro, consultoría especializada en diseño de redes comerciales del libro, analógicas y digitales, reconoce que «en los últimos años, se observa una adaptación y un seguimiento importante de experiencias digitales de otros continentes. Y aunque los ritmos son desiguales, el cambio de chip comienza a observarse. Un elemento a incorporar es el diseño de canales de e-commerce integrales, sobre todo de cara a canales bibliotecarios e institucionales», como hacen en EbiblioMadrid, con más de 3.000 ebooks de préstamo bibliotecario gratuito.
Por alusiones, Mónica Caballo, experta también en Biblioteconomía y Documentación, celebra que «este sector conoce las posibilidades del formato digital, posee altos conocimientos técnicos para ofrecer lectura digital a sus usuarios y está muy preparado para implementar títulos en digital en sus centros. Digamos que es el sector editorial el que va por detrás de bibliotecas y lectores, que tienen gran predisposición.»
No en vano, según el informe Evolución del mercado digital 2018, «la venta de licencias de libros electrónicos a las bibliotecas alcanzó el 3% del total de las ventas digitales en 2017 en comparación con el 2% alcanzado en 2016.»
Asimismo, «las ventas derivadas de las plataformas de subscripción, especialmente en Estados Unidos, Alemania, España y México, se están volviendo cada año más relevantes para las editoriales, alcanzando el 6% de las ventas digitales totales en 2017 en comparación con el 5% que representaba en 2016.» Poquito a poco, las ventas de los libros digitales van aumentando, según el citado informe: «Las editoriales de España representadas por la plataforma Bookwire.es, cerca de 400 sellos editoriales entre España y América Latina, han experimentado un crecimiento de ventas de ebooks del 52% en 2017 respecto a 2016.» Un buen ejemplo en España es 24symbols, una plataforma como Spotify pero en libros digitales.
Es decir, que los lectores sí que quieren comprar ebooks, pero no que les hagan una mera traslación de la lectura en analógico al digital, pasando el texto de la página al e-reader, como venía ocurriendo, sino aportándoles creatividad y contenidos multimedia. Porque, en opinión de Cordón García, «el desarrollo del libro enriquecido constituye el ADN del sector de los libros electrónicos, su razón de ser. La mera transposición de un texto impreso a un formato digital desaprovecha todas las posibilidades que este puede ofrecer». Y, para Gil Espín, los usuarios «técnicamente, demandan productos que se adapten a los dispositivos que normalmente usan, es decir, que remaqueten y se readapten al dispositivo, desde el portátil al smartphone, y, en este sentido, en muy poco tiempo vamos a observar la exigencia de libros muy enriquecidos.»
¿Quién está respondiendo a esa demanda?
Las plataformas independientes y nativos digitales, sin lugar a dudas, porque tienen la frescura y parten de esta realidad digital. Gil Espín apunta que «la complejidad que adopta el ecosistema digital, con la web 2.0 y las redes sociales, determina que los editores que denomino wiki tengan una ventaja competitiva importante, se han criado y educado con un Smartphone, entienden las redes sociales y, lo que es muy importante, entienden la comunicación con su lector y/o usuario como un proceso con retorno, no envían mensajes unidireccionales ni hacen publicidad, sino que abren y animan conversaciones.» A lo que Cordón García agrega que «la producción de libros electrónicos exige una mentalidad y unas competencias a las que los editores más jóvenes y las pequeñas editoriales independientes se han adaptado mejor que el sector más conservador, que necesitará más tiempo para la optimización de sus lanzamientos digitales». Básicamente porque la comprensión y familiaridad de las nuevas con el entorno digital ha determinado que las barreras de entrada de carácter tecnológico sean fácilmente superables y que las necesidades intrínsecas al nuevo medio se implementen en unas condiciones de optimización máxima.- Así lo ha logrado Leemur, una app que cuenta historias para leer como si fueran un chat de Whatsapp.
Inconvenientes a salvar
Como desventaja frente a los grandes grupos editoriales, que cada vez se está demostrando más salvable, Celaya señala que «la pequeña editorial es la última en llegar en cuanto a marca y reconocimiento, no es lo mismo ser Planeta o Anagrama, que tiene esa experiencia, esa marca. Eres una gota dentro de ese océano inmenso donde cualquiera puede crear una editorial en Internet, y convives con una infinidad de miles de millones de contenidos similares. Hay una competencia feroz en cuanto a contenidos gratuitos y en abierto, y la demanda se encuentra con cantidad de contenido relevante o basura.»
Sobre todo porque la producción del libro enriquecido no es barata, lo cual choca con la percepción del usuario con respecto al precio, según Gil. Por eso hay que explicar esto al mercado, como hace Jesús Gómez, de Storyze, cuyo lema es Entra en la ficción por medio de relatos geolocalizados en espacios reales. «Lo que nosotros producimos es caro y resulta complicado obtener rentabilidad, aparte de las dificultades tecnológicas de tener una aplicación móvil que todo el mundo pueda usar por una cuestión de almacenamiento y de tarifa de datos, que a veces limitan la cantidad de lectores que podrían estar interesados pero no tienen capacidad en el smartphone para usarlas, por eso lo hemos desarrollado en una web de lectura inmersiva y sonido locativo.»