«En buena medida el miedo está actuando como un factor catalizador del populismo»
Cuando se un siglo del nacimiento del fascismo en su versión original italiana no han proliferado los típicos análisis surgidos al calor de una fecha conmemorativa sino, más bien, un puñado de trabajos que, desde diferentes perspectivas, tratan de analizar un fenómeno transversal, adaptado a varios modelos nacionales y, especialmente, su conexión con el fenómeno del populismo que la posmodernidad nos está presentando.
Entre los títulos que se han ocupado de forma específica sobre el fenómeno fascista está el libro de Robert O. Paxton, Anatomía del Fascismo (Capitán Swing), un ensayo global sobre el tema que analiza de forma exhaustiva la invención, imágenes, estrategias, condiciones previas, raíces emotivas, intelectuales y culturales, precursores y reclutamiento del movimiento fascista en su creación. Sin embargo, no se centra en la variante italiana -versión mussoliniana-. Estudia el modelo alemán, los movimientos acontecidos en Europa Oriental así como fuera del continente europeo.
Más orientado hacia el análisis del ejercicio práctico del poder que de los postulados teóricos, este interesante trabajo presenta un cuadro completo de una ideología política revolucionaria en el siglo XX que también representó la principal «fuente de su dolor».
Un sugerente estudio de vidas entrecruzadas es el del especialista en fascismo, Emilio Gentile, Mussolini contra Lenin (Alianza Editorial). La coincidencia de ambos entre los años 1902 y 1904 en la ciudad de Ginebra permite al autor realizar una trayectoria ideológica y vital de ambos líderes. Mussolini, partiendo de su inicial militancia socialista y Lenin, desde el marxismo militante y el exilio forzado por las circunstancias. Las críticas del primero hacia el segundo y, en especial, a la posterior revolución bolchevique y al régimen comunista, sentarán las bases del movimiento liderado por el Duce triunfante.
Ian Kershaw se ha superado con Hitler. La biografía definitiva (Península) en una monumental obra -ahora actualizada- sobre uno de sus temas recurrentes de investigación recrea con un minucioso y detallado análisis la versión germana del fascismo. La vía alemana al totalitarismo está directamente conectada con la biografía de su líder y su origen, su evolución y caída final, magistralmente desbrozados por Kershaw.
Complemento ideal es el de Eric D. Weitz, La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia (Turner). Fallido intento de este período democrático en la Alemania de entreguerras, acabará con la irrupción del nazismo gestado en un caldo de cultivo muy favorable (humillación nacional, brutal crisis económica, fractura social).
La versión hispana del fascismo es objeto de la investigación del especialista catalán en el tema, Joan Maria Thomàs, en Los Fascismos españoles (Ariel). El libro aborda los diversos movimientos anteriores a la Segunda República (Somatén, Camisa Negra, Unión Patriótica…) las JONS, Falange Española (entre 1931 y 1936) la adopción por Franco del fascismo de Estado, Arrese y la Falange de Franco y la FET y de las JONS-Movimiento Nacional hasta 1977, así como otras organizaciones fascistas durante los años finales del franquismo. Un brillante trabajo del profesor de la Universidad Rovira i Virgili.
La conexión entre el fascismo y el populismo es investigada por Federico Finchelstein en Del Fascismo al Populismo en la Historia (Taurus). Arranca el autor con una consideración básica sobre la que sustenta su tesis central: aunque con frecuencia aparecen mezclados, ambos movimientos representan trayectorias políticas e históricas diferentes; están genealógicamente conectados y forman parte de la misma historia. De hecho, el populismo moderno nació del fascismo, asumiendo la política de masas de este último pero reformulando la continuidad del mismo en clave democrática y renunciando a la experiencia totalitaria que se tradujo en prácticas de violencia política y en el genocidio. Es decir, el populismo es un post-fascismo con un frágil compromiso democrático; fascismo y nazismo alcanzaron el poder en Estados democráticos que destruyeron para dotarles de un carácter eminentemente totalitario.
Las experiencias de Perón, Chávez o el propio Trump son marcadamente populistas, pero se extienden como una mancha de aceite por la comunidad internacional.
Corey Robin, politólogo norteamericano, realiza un análisis del conservadurismo más reaccionario -vertiente fascista y nazi incluidas- hasta llegar al fenómeno Trump en su trabajo La mente reaccionaria. El conservadurismo desde Edmund Burke hasta Donald Trump (Capitán Swing). El rastreo de autores como Joseph de Maistre o el propio Burke -máximos representantes del espíritu contrarrevolucionario tras la experiencia francesa de 1789- le permite al autor conectar con la utilización que de Nietzsche hizo el nazismo o la propia -exponente de la oposición radical al sovietismo- para, en último término, desmenuzar la inanidad del Trumpismo. Y, lo que resulta más peligroso, su «vacuidad moral» representada en «una retórica agresiva, el odio a las minorías raciales y étnicas, la xenofobia, la violencia de sus mítines, la hostilidad hacia la disensión y, durante un tiempo, las invocaciones a la humillación de los trabajadores estadounidenses, fruto de un capitalismo global que no tiene en cuenta sus intereses». ¿Reminiscencias fascistas/nazis?
Posverdad, guerra, justicia, libertad, igualdad, trabajo, inmigración o nacionalismo son alguna de las 21 Lecciones para el siglo XXI que Yuval Noah Harari (Debate) desbroza como grandes desafíos del presente: la inteligencia artificial puede ser el fascismo del futuro porque «cuando los algoritmos lleguen a conocernos bien, los gobiernos autoritarios se harán con un control absoluto de los ciudadanos; las dictaduras digitales serán tan diferentes de la Alemania nazi como ésta lo era de la Francia del Ancien Régime». Sugerente e inquietante ensayo de este historiador israelí.
En buena medida el miedo está actuando como un factor catalizador del populismo. La promesa eterna de soluciones fáciles a problemas complejos ha sido una constante en la agitación de las masas. Marta Nussbaum explora en La Monarquía del miedo. Una mirada filosófica a la crisis política actual la importancia del factor emocional y la retórica de la ruptura como respuesta a la angustia globalizante (paro, indefensión, resentimiento, búsqueda de culpabilidad en el otro) Sean inmigrantes, élites culturales, clase política o «los otros», la radicalización de las repuestas políticas (Trump, Brexit, nacionalismos secesionistas) son respuestas más psicológicas primarias que racionales. Un buen conjunto de propuestas transversales sobre un tema de actualidad, un siglo después de su nacimiento.
José Ángel López es profesor de derecho internacional público en ICADE/COMILLAS y autor de varios ensayos sobre Rusia. El más reciente es La política exterior de Rusia: los conflictos congelados y la construcción de un orden internacional, junto a Javier Morales (Dyckinson).