Inma López Silva (Santiago de Compostela, 1978) es escritora, docente, traductora de Camus y Genet, y crítica teatral. Se dio a conocer en 1996 con la novela Neve en abril, y pronto obtuvo el reconocimiento del público y la crítica con los galardones más importantes de la literatura gallega: el Premio Xerais de Novela por Concubinas (2002) y el Blanco Amor (2008), entre otros, por Memoria de ciudades sin luz.
También ha publicado dos colecciones de relatos, la novela cómica No quiero ser Doris Day, una crónica sobre su vida en Manhattan, New York, New York y el ensayo Maternosofía. En 2017 publicó la aclamada Los días iguales de cuando fuimos malas (Lumen) y ahora presenta El libro de la hija, un thriller literario, intimista y político, pero también sentimental y social, cuya trama gira alrededor de una empresario acusado de violar a su propia hija.
¿Cuándo empezó a escribir?
Solo me recuerdo escribiendo. De muy pequeña, me entretenía haciendo cuentos, entrevistas imaginarias, poemas de exaltación identitaria y guiones para películas imposibles de filmar. Creo que, en realidad, escribía mis juegos. Pero a los 17 años gané un premio literario con mi primera novela, y en ese momento entendí que quería dedicarme a la literatura. Desde entonces, no he parado.
¿Cuándo y cómo escribe?
Aunque intento aprovechar siempre los impulsos creativos, lo cierto es que, si por ellos fuera, no terminaría nunca ninguno de mis libros. Quizá ni siquiera los empezaría… Así que procuro no esperarlos: escribo de lunes a viernes de 9.30 a 13:30. Las tardes son un poco caóticas (dos niñas pequeñas) y todos los días arranco otro par de horas, pero sin horario fijo, sobre todo si tengo entregas pendientes. Eso también sirve para los fines de semana. Las noches las dedico a los placeres. Escribo en mi despacho, sentada a la mesa, rodeada de libros y con el mar de Vigo a mi espalda. De vez en cuando salgo a la terraza con una cerveza a observar las islas Cíes en el horizonte y eso me recuerda que hay cosas inexplicables que ni siquiera se pueden apresar con la literatura. Ese es probablemente el momento de parar.
¿A mano o a máquina? (la escritura, no el lavado).
A ordenador. No habéis visto mi letra… Tomo notas, eso sí, en libretas de todo tipo, porque soy una fetichista de los objetos de papelería. Siempre llevo una de esas libretitas… Pero también, a menudo acabo pidiendo a mis amigos que descifren alguna palabra cuando la reescribo en el portátil, lo cual me recuerda que he de utilizarlas solo en caso de extrema necesidad.
¿Tiene alguna manía o hábito ante el momento de la escritura?
Escribo descalza. En invierno con calcetines (Galicia…). No tengo ni idea de por qué lo hago, pero si no es así, no me hallo.
¿A quién pediría consejo literario?
A quienes lo pido siempre: a mis editoras y editor, y a las libreras y libreros. Creo profundamente en el sentido profesional de todo esto.
Si pudiera reencarnase en algún escritor/es, ¿a quién elegiría?
Siempre me ha parecido siniestra la idea de reencarnarse: ¿para qué esa tortura del bucle vital interminable? ¿para qué malgastar otra vida en escribir de nuevo si ya lo estoy haciendo ahora? Pero si te refieres al sentido de envidiosa admiración que provocan los escritores del pasado, lo cierto es que ésta desaparecería en cuanto mi personalidad irrumpiese en la suya, así que es mejor dejar a mis fetiches bien muertos y siendo lo que son: un Shakespeare que, de haber sido yo, no sobreviviría a la primera pelea; una Virginia Woolf que se habría amilanado ante el suicidio; una Rosalía de Castro que se habría divorciado a la primera de cambio. Y por otra parte, me gusta la contemporaneidad. Creo que la literatura tiene ese sentido de decir algo a su propio tiempo, y solo unas pocas obras, muy poquitas, son capaces de sobrevivir como para que deseemos haberlas escrito nosotras. Por eso, no es la cosa como para reencarnarse…
¿Qué recomendaría a los autores noveles?
No soy yo de consejos… Quizás solo les diría que no claudiquen, pero en realidad es un consejo egoísta: quiero que perseveren porque los necesitaremos en el futuro.
EL LIBRO DE LA HIJA
Inma López Silva
Lumen, 480 pp., 20,90 €