Anika Entre Libros.
Álvaro Bermejo nació en San Sebastián, en 1959. Licenciado en Historia y en Antropología por la UAB, asesor de la red internacional E-Biolab, y colaborador de Qué Leer, es autor de más de veinte novelas en las que maneja una considerable amplitud de registros: la posible segunda vida de Cristo en El Evangelio del Tíbet, la Creta del Minotauro en El Laberinto de la Atlántida, la vida secreta de El Greco en El ingenioso hidalgo, el origen escocés del mito vampírico en Eternamente tuya, la búsqueda de un libro indescifrable al que se le atribuyen las claves de la piedra filosofal en El secreto del Rey Alquimista, la brujería vasca en Como el bosque en la noche. En su palmarés figuran tres premios Pío Baroja, dos Ateneos de Sevilla, un Salamanca y el último, un Alfons el Magnánim, concedido por unanimidad del jurado.
Hoy nos presenta su último libro, Aquí hay dragones (Algaida) un apasionante recorrido en busca de los vestigios míticos de nuestro verdadero animal totémico. Bajo la presunta Piel de Toro alienta una ardiente Piel de Dragón.
1. ¿Por qué es escritor?
Entiendo la vida como un viaje donde cada mirada revierte en literatura. Vivir para contarlo, en mí, equivale a contarlo para seguir viviendo.
2. ¿Tiene algún ritual para escribir?
Me considero un feliz forzado del teclado. Entre ensayos, novelas, artículos, guiones y otras perversiones, sumo más de cincuenta títulos publicados, miles y miles de páginas y, aunque cueste creerlo, todo lo he escrito con un sólo dedo: el índice de mi mano izquierda.
3. ¿Cómo encaja las críticas?
Después de las que me asesto todos los días de nueve a nueve –con pausas-, la verdad es que no me sobra tiempo para leer otra cosa que lo que me haga feliz. Incluyo en ese género las críticas, siempre que sean creativas.
4. ¿Qué libro está leyendo?
Siento ser un snob: El Liber de Sole de Marsilio Ficino.
5. ¿Qué tiene para usted más importancia a la hora de vender un libro, la portada, el nombre del autor, el título, la historia o el marketing?
Yo no vendo libros, los escribo. En cuanto a los que me interesan, prefiero buscarlos a que me los impongan por decreto publicitario. Jamás he leído un premio Planeta, salvo el de Eslava Galán, y porque no sabía que lo había sido.
6. ¿Cuál es el libro más espectacular, especial o raro que posee?
En mi biblioteca solo sobreviven los que considero imprescindibles, y sólo considero imprescindibles a los verdaderamente espectaculares: ninguno de este siglo, de momento.
7. Dígame el libro que le hubiera gustado escribir y escribió otro.
Todo Stevenson, todo Huxley, todo Cervantes, y así sucesivamente. Pero si me pide un título que todavía me hace temblar, pongamos Cristo se paró en Éboli, de Carlo Levi. Habrá observado que todos los citados, hoy considerados clásicos, fueron escritores malditos.
8. ¿Qué libro no ha leído ni piensa hacerlo?
Ninguno de los que se venden como relecturas posmodernas de Corín Tellado, sea en su versión serie negra escandinava o serie fucsia española. Hoy, la basura se viste de seda.
9. Sea sincero, ¿qué opina de su libro?
Sinceramente, es único: como apunta Jesús Callejo, no hay ningún libro en España que aborde la geografía mítica del dragón, comunidad por comunidad, en su totalidad. En cuanto a su factura, soy mi juez más severo: todo es mejorable.
10. ¿Por qué ha elegido hablar de dragones y no de gnomos o murciélagos?
No me tiente, soy patológicamente enciclopédico. Acabo de publicar otro sobre las máscaras de hierro de Unanua, únicas en el mundo –Mamoxarroak-, y ya estoy con otro que abarcará los enigmas de la astroarqueología en el País Vasco.
11. ¿Cuántos libros lee al año?
Estoy aprendiendo a leer más despacio. Antes podía leer más de cien. Ahora puedo estar dando vueltas y más vueltas a no más de media docena.
12. ¿De quién es fan?
De quien me enseña, sea a escribir o a vivir. Tengo los mejores maestros, pero soy un mal discípulo.
13. ¿En qué libro entraría como personaje para vivir la historia con los protagonistas?
Me adentro en todos los que escribo, y vivo en la piel de todos mis protagonistas. Si me pide un libro ajeno, no estaría mal perderse en El sueño de una noche de verano, de Shakespeare.
14. ¿Puede elegir entre Oscar Wilde, Cervantes, Truman Capote, Shakespeare, Virginia Woolf, Jane Austen, Agatha Christie, J.K.Rowling, Stephen King, Poe y Lovecraft?
Como alineación balompédica la encuentro un poco descompensada. Yo quitaría a Virginia Woolf y a Jane Austen, y las sustituiría por las hermanas Brontë. Mismo protocolo con Agatha Christie y J. K. Rowling. Prefiero cracks como Lewis Carroll o Mijail Bulgakov. Lovecraft fue el mejor extremo izquierdo de mi adolescencia. Hoy alinearía al pelirrojo de oro, Bram Stoker.
15. Si tuviera una ouija, ¿con qué autor o autora conectaría y qué le preguntaría?
Tengo una ouija y mi demonio personal se llama Graham Greene. Su perfección absoluta es sencillamente diabólica. ¿A qué preguntarle cómo lo hace? El genio se oculta en la transparencia.
16. Viaja al pasado y puede pasar un día con alguien, ¿dónde y con quién?
¿Sólo un día? Prefiero no viajar. Si me consiente un par de años, una visita a la corte de Rodolfo II, el Rey Alquimista, la propuesta resultaría tentadora. Ahí estaban el astrónomo Tycho Brahe, el pintor Arcimboldo, Judá León y su Golem… Quizás también el verdadero autor del Manuscrito Voynich, el libro indescifrable.
17. ¿Su leyenda urbana favorita?
Cada día estoy más convencido de que el mono desciende del hombre.
18. ¿Qué tal su sexto sentido?
Morí y resucité a los tres meses de hollar este mundo. De ahí en adelante, hágase una idea.
19. ¿Ha visto un ovni, un fantasma, algo raro…?
En muy raras ocasiones tengo encuentros con seres inteligentes y, sin embargo, trascendentes. Si no eres místico, no eres nada.
20. ¿Le avergüenza que le hagan preguntas de este tipo?
Me aterra que sean tan pocos las que se las planteen.
21. ¿Cuénteme una metedura de pata sonada?
Acumulo miles. En cierta ocasión me invitaron como jurado a un certamen en Albacete. Viajé de San Sebastián a Madrid en un tren nocturno, y ante la ventanilla madrileña, tal vez un tanto adormecido, pedí con mi voz más enfática un billete para Guadalajara. Sólo advertí el error al apearme en el andén de Guadalajara, donde había unos gitanos batiendo palmas. Evidentemente, en mi honor.
22. ¿Cuál es la pregunta o la proposición más extraña que le hayan hecho?
Estando en París, en casa de Fernando Arrabal, me invitó a acomodarme en su trono del garrote vil. Ciertamente, con el tornillo ejecutor en la nuca, se ve la vida de otra manera.
23. ¿La pregunta que nunca le hacen y le gustaría que le hicieran?
¿Cómo crees que será la vida en las nueve dimensiones restantes, sobre las doce que enumeró Einstein? Respuesta: más allá del tiempo y el espacio físico, se vive mejor. Todo es luz.
24. ¿Qué le cabrea especialmente y, en contraposición, con qué se parte de risa?
En ambos sentidos, conmigo mismo.
25. ¿Si fuera presidente de gobierno, cuál sería la primera medida que tomaría?
Dimitir.
26. Si tuviera que definirse con un pecado capital, ¿cuál cree que sería?
A medida que envejezco, soy más soberbio contra mi propia ira, avaro contra mi envidia, ya hasta la lujuria me da pereza.
27. ¿Qué le daba miedo de niño y qué le da miedo de adulto?
Siempre la mezquindad humana, es infinita.
28. La pesadilla que aún recuerda…
Olvidar quién soy
29. ¿A día de hoy persevera en su pasión por los chipirones en su tinta?
La he acrecentado: mi magdalena de Proust son los que cocinaba mi madre. Aquello era el Nirvana. Tal vez por la tinta. Un destino de escritor.
30. Los dragones echan fuego por la boca. ¿Cuándo echa usted fuego por la boca?
Cuando fumo, pero ya me estoy quitando.
31. ¿Sabe lo que significan palabras como ectoplasma, sinestesia, pareidolia o fantasmogénesis?
Me inquietan más otras más sencillas, cuyo significado siempre me excede. Vida, amor, incluso literatura.
32. Según su carácter, ¿a quién se parece más, a James Bond, Cocodrilo Dundee, Sherlock Holmes, el Quijote, Mary Poppins o Norman Bates?
El Quijote es un libro iniciático, repleto de claves. Comienza en Puerto Lápice, pasa por la cueva de Montesinos –la del sino o destino-, y así sucesivamente. Quijote, en mi lenguaje, se traduce como «Hijo de ti mismo». Ese soy yo.
33. ¿Sufre alguna fobia?
El cretinismo ambiente va a más, estamos involucionado.
34. Volviendo a su libro, ¿qué tipo de dragón sería usted?
Distingo entre los dragones matriarcales –los de los pueblos preindoeuropeos (vascos, tartésicos e íberos en Iberia)-, y los patriarcales de los indoeuropeos que vinieron después. Los primeros tendían a lo benéfico, como los orientales. Los segundos, al Leviatán bíblico, y fueron los que se impusieron. Mi dragón sería aquel innominado que trazó el primer Camino de Santiago, en la Prehistoria, siguiendo las estrellas.
35. ¿Entraría en un reality show de escritores?
Ya las tertulias me espeluznan. Practico una vida eremítica por elección. Yo y mis «happyfews», eso es el paraíso.
36. ¿Alguna vez ha sospechado tener doble personalidad?
Tengo la certeza
37. ¿Vendería su alma por…?
No sería nada sin mi alma, el cuerpo es mejorable.
38. ¿Su filosofía o lema de vida?
La vida es un aprendizaje. Sigo aprendiendo.
39. ¿Con que animal se identifica?
Fui pareja de hecho de un loro amazónico –Simbad-, que, aun después de muerto, sigue conmigo. Es mi nahual. Por cierto, tenía mucho de dragón. Era verde, se movía por los tres elementos y el cuarto, el fuego, solo lo descargaba en mí. Vivía sobre mi hombro y cuando se enfadaba, me asestaba un corte –bien sangrante- en la oreja.
40. ¿A qué animal o persona clonaría si no supusiera un problema ético?
Todos mis seres queridos son ya inmortales para mí.
41. ¿De qué es usted friki?
Colecciono talismanes que he ido recopilando en mis viajes. Máscaras africanas, garras de cocodrilo, espadas rituales. En fin, hasta la pelota con que Juan Ignacio Retegui se hizo con su sexto torneo manomanista.
42. ¿Qué palabra no admitida en la RAE incluiría usted?
Desde que leí el Informe para una academia –de Kafka-, no he superado mi aversión a las sacrosantas instituciones.
43. ¿Cómo se imagina el año 2100?
Esta humanidad no llegará tan lejos, se lo aseguro.
44. ¿Cuéntenos alguna travesura de su infancia?
En un arrebato, cogí el monedero de mi madre y me apliqué a lanzar todos sus billetes por el balcón –un segundo piso-. Nunca la gente de mi barrio fue más feliz –llovían billetes-. Mammón, el dios del dinero, aún no me ha perdonado la fechoría. Sabe que le desprecio.
45. ¿Cuándo fue la última vez que le riñeron?
Todas las mujeres de mi vida me manifiestan su amor riñéndome amorosamente de la mañana a la noche. Han llegado a hacer triduos, como en los coros de la tragedia griega. En mi caso, todo es comedia.
46. ¿Qué cree que fue en su vida anterior?
Lo sé, pero no puedo contárselo. Le daré una pista: en nuestras
vidas anteriores fuimos seres del sexo opuesto.
47. ¿Ha jugado a Minecraft, Sims, Second Life o algo parecido, o es demasiado moderno para usted?
No es cuestión de modernidad, sino de carácter. Sólo me divierten los juegos prohibidos.
48. Defínase con tres palabras (una frase o tres adjetivos)
Solo soy yo.
49. ¿Chupachups, chicles, pipas, revistas? Defínase ante un kiosko
Tal y como está nuestro Parnaso literario, sólo chupachups.
50. ¿Se ha divertido con esta entrevista-test o le hubiera gustado más atrevida?
Y usted, ¿se ha divertido con este autor o le hubiera gustado otro más atrevido? El misterio aguarda al otro lado del espejo.
AQUÍ HAY DRAGONES
Álvaro Bermejo
Algaida, 232 pp., 20,95€