En Qué Leer procuramos hacernos eco de las novedades y tendencias del mundo editorial y, de la misma manera que después del estallido del #MeToo el mercado se ha visto inundado de libros sobre feminismos, acoso, respeto al otro, derechos LGTBIQ+, emigración y racismo ―por poner un ejemplo― en los últimos años se observa un boom de libros alrededor de la menopausia. Quién sabe si el envejecimiento de la población y el hecho de que mujeres adultas constituyan un público fundamental de lectoras han puesto la diana en un nuevo nicho de consumidoras. En cualquier caso, celebramos los títulos que aportan reflexión, conocimiento y debate en torno a esta etapa en la vida de las mujeres.
Texto: Maria Borràs.
© foto Anna Freixas: Remedios Malvárez.
© foto Sylvia de Béjar: Javier Ocaña.
Anna Freixas, escritora feminista y profesora universitaria jubilada, se doctoró en Psicología en la Universidad de Barcelona, donde desarrolló los primeros años de su actividad docente. En 1981 ingresó en la Universidad de Córdoba, primero en el Instituto de Ciencias de la Educación y más tarde en la Facultad de Ciencias de la Educación. Entre 1994 y 2001 creó y dirigió el Aula de Estudios de las Mujeres, transformada luego en la Cátedra Leonor de Guzmán. Sus líneas de investigación han versado sobre temas variados, como el envejecimiento de las mujeres, la coeducación, el feminismo y la evolución de la investigación y docencia en Psicología desde una perspectiva de género. Ha realizado aportaciones pioneras para el desarrollo de la gerontología feminista en España, por lo que ha recibido diversos reconocimientos y premios. Es autora de títulos como Tan frescas. Las nuevas mujeres mayores del siglo XXI (Paidós, 2013); Abuelas, madres, hijas. La transmisión sociocultural del arte de envejecer (Icaria, 2015); Sin reglas. Erótica y libertad femenina en la madurez (Capitán Swing, 2018) y Yo vieja. Apuntes de supervivencia para seres libres (Capitán Swing, 2021) que han sido traducidos a diversos idiomas.
Ahora, en Nuestra menopausia (Capitán Swing) revisita la edición aparecida originalmente en Paidós en 2007, con actualizaciones y nuevos datos. En este nuevo texto la autora ofrece una versión desdramatizada acerca de la edad de la renovación a partir de las voces de las propias mujeres. Su interpretación reconoce esta renovación como una coyuntura compleja, una transición natural y esperable en la que confluyen importantes variables biopsicosociales que explican y configuran la experiencia femenina. Este libro es una invitación a las mujeres a convertirse en parte integral de la discusión sobre la menopausia, tomando las riendas de su cuerpo y de su vida. Las que han vivido la transición menopáusica, ¿qué opinan sobre esta época de su vida? ¿Se puede aprender de esta experiencia y rebatir los discursos oficiales? ¿Cuáles son los aspectos experimentados positivamente y cuáles se reconocen como negativos? ¿Qué estrategias han elaborado para atravesarla con bienestar?
Como ella misma declara, «en culturas en las que la vejez es venerada, la menopausia es vista como un rito de transición, un símbolo de sabiduría y madurez. Algunas de ellas consideran que las mujeres viejas caminan “hacia la belleza”, entendida esta desde un punto de vista físico y emocional.» En contraposición a todo ello, en culturas juvenilistas como la nuestra, la percepción está teñida de negro, quién sabe si por miedo «a que pueda producirse un entusiasmo colectivo y contagioso por parte de esas mujeres mayores, sabias y libres que, libres de la procreación y de los estrógenos, ya no son tan dóciles.» Todo ello se traduce en recelos a la hora de abordar este período vital al cual deberíamos acercarnos hablando, leyendo y, en la medida de lo posible, tomándolo con naturalidad y cierto humor. Un período vital contrapuesto al de la llegada de la menstruación, el tan manido «de niña a mujer», de la que ahora se empieza a reconocer que puede ser llegar a ser invalidante o a esconder casos severos de, por ejemplo, endometriosis.
«La menopausia genera pánico a la exclusión (sexual, social, laboral, afectiva) cuando todavía nos quedan varias décadas de vida. Está muy estigmatizada socialmente. Se piensa que es el principio del fin. Por suerte, las mujeres tenemos cada vez más espacios que no pasan por ser madres. Las de 70 años ya no acuerdan de ella, lo viven peor las de 40 y 50, que todavía no la han afrontado. Y, por ejemplo, algunas de más de 80 afirman que su interés sexual ha mejorado, sea por una nueva relación o por renegociación con la pareja en busca de una mejora cualitativa de la relación.»
A pesar de que el actual corpus teórico alrededor de la menopausia es amplio y complejo, Freixas distingue entre dos posiciones antagónicas que conforman los dos marcos actuales: el modelo biomédico y los planteamientos socioculturales de las pensadores feministas. El primero se centra en los factores físicos y plantea la menopausia desde la dicotomía salud-enfermedad con los consiguientes síntomas (en vez de signos) y disfunciones. El segundo la contempla como una experiencia individual y colectiva, «una experiencia que representa más continuidad que cambio.»
Ligado al primer planteamiento, es muy crítica con el papel que ha jugado la terapia hormonal desde hace décadas. Ahora que se conocen más algunos efectos adversos (la toma de hormonas ha de llevarse a cabo siempre bajo prescripción médica y en casos muy concretos), la industria de la menopausia, que ha experimentado un enorme crecimiento, ha virado en un tipo de productos que pretende vendernos como mucho más «naturales», aunque los pseudohormonales pueden ser igual de peligrosos. En cambio, no se habla de la andropausia que experimentan los hombres, cuyo descenso de potencia sexual les lleva a menudo a emparejarse con chicas más jóvenes, a que la industria farmacéutica desarrolle productos como la viagra y a organizar guerras «¿Por qué las guerras están todas organizadas por hombres andropáusicos? se pregunta.
Por su parte, Sylvia de Béjar, escritora y periodista, es autora de Tu sexo es tuyo, la obra de su género más vendida en España, y que quién esto escribe tuvo el honor de ser su primera editora en 2001 en Plaza & Janés. Por su trabajo divulgativo, la Academia Española de Sexología y Medicina Sexual le concedió en 2010 el Premio Nacional de la Academia a la Promoción de la Salud Sexual en el Ámbito de los Medios de Comunicación. Su carrera profesional comenzó en el diario La Vanguardia, donde trabajó durante diecisiete años, los últimos cuatro coordinando los temas de salud y psicología del suplemento «Magazine». Asimismo, es Psychosexual Somatics® Practitioner, Certified Professional Sex Coach, máster Practitioner en Programación Neurolingüística, tiene formación en mindfulness e intervención breve estratégica, y es autora de Deseo. En esta nueva obra, la autora vuelve con un libro práctico, ameno y optimista, dispuesto a desterrar mitos sobre la madurez femenina.
Coincide con Freixas en que la madurez femenina está condenada con una letanía de horrores en lo que todo parecen ser pérdidas. Esto incluye desde la disminución de la energía, la agilidad física, la destreza mental, la belleza, la visibilidad y la fertilidad hasta la sexualidad. Lo que hace que muchas lo vivan como un drama… cuando aún nos quede por vivir un tercio de nuestras vidas. «Porque, digan lo que digan, las hormonas no tienen la culpa de todo lo que nos sucede pasados los 45 años», afirma la autora. Si conseguimos escucharnos a nosotras mismas, y darnos el sitio que nos corresponde, emergerá nuestra autenticidad –«Esta soy yo, esto es lo que necesito y deseo, y así es cómo quiero vivir»- y nos sentiremos muchos más satisfechas y realizadas
«Hay que acabar, de una vez por todas» ―reflexiona― «con esa idea de que cumplir años es lo peor de lo peor: una maldición. No lo es. Y romper el silencio y hablar de ello, también de la menopausia —algo natural y temporal, ¡no una condena de por vida! —, es fundamental. Superar los 45 y transitar los 50 conlleva inevitablemente mudar de piel. Y eso asusta. Sin embargo, si te adentras sin reparos en lo que a ratos puede semejar un terreno de arenas movedizas, descubrirás que este desafío tiene premio, porque… Ha llegado tu momento. Ahora te toca a ti».
Todas las mujeres somos únicas. Y nuestro cambio nos pertenece. Y este libro busca desmontar las falsas creencias, enfocarnos en lo positivo e incitarnos a hacer los reajustes necesarios para disfrutar de tu vida… ¡sin rendir cuentas! Asimismo, la autora comparte algunos momentos muy personales, como su cáncer de mama, sus cuestionamientos personales, sus crisis… que la llevaron a descubrirse, a quitarse cargas y a ganar espacio, tiempo y vida. Y este libro es el resultado.
La obra se divide en tres partes: en la primera, intenta desprender a la madurez de la mala fama que se le ha adjudicado y desmontar los mitos y las falsas creencias creadas en torno a ella. En la segunda, nos invita a priorizarnos, a darnos espacio y tiempo, y comparte herramientas que nos ayudan a lograrlo y a elegir lo que más nos conviene en cada momento. También nos hace entender que no podemos llegar a todo, y muestra cómo enfocarnos en nuestras necesidades y prioridades. En la tercera, se centra en los cambios que el climaterio provoca en nuestros cuerpos, así como las claves para vivirlos sin agobios, prestándole especial atención al disfrute del placer sexual, tanto a solas como en compañía. Por último, nos ofrece directrices para sentirnos cómodas en nuestra propia piel y enfrentarnos al espejo sin reparos.
EL PODER TERAPÉUTICO DE LA PALABRA
Finalmente, Amordazadas, de la terapeuta argentina Jaqui Zieler reúne testimonios de mujeres con las que trabajó para poner en palabras todas las violencias silenciadas. Una obra que rescata «pequeñas historias sobre grandes sufrimientos acallados» de mujeres a las que trató con el fin de ampliar esa cadena de sanación, siguiendo la máxima de Virginia Woolf, que declaró «Quiero escribir una novela sobre el silencio de las cosas que la gente no dice.» ¿Por qué este libro? Reinaldo Arenas dice que escribimos para poner palabras a silencios anteriores. Ferdinando Camon afirma que lo hacemos por disconformidad con la realidad. Para enmendar la infancia, diría Almudena Grandes. O para que los personajes puedan salir airosos de situaciones que los hubieran atrapado para siempre, confesaba Umberto Eco. ¿Necesidad de testimoniar?
La autora, terapeuta desde hace más de 30 años, es diplomada en Psiquismo y Perinatología en la Universidad de París, Haptonomía Perinatal y Hapto Puericultura en Centro de Investigación y Desarrollo de la Haptonomía de París. Preside la Fundación Creavida hace 20 años dónde se reúne todo su trabajo y este es su segundo libro.
Las 30 historias de este volumen muestran la convicción de Zieler de que escribir para otros es una forma de prestar las propias palabras para decir lo ajeno y lo humano. «Sé la pulsión terapéutica que hay en el acto de escribir, en poder decirse; conozco la luz que trae el relato de lo vivido para elaborar lo que ha sido muy difícil de transitar. Hay experiencias que provocaron tanto sufrimiento que no llegan las palabras para narrarlo. Solo al sacarlas el veneno se vuelve antídoto. [] Eran sufrimientos llenos de miedo, guardados por mucho tiempo en los rincones más remotos para que nadie los viera, para que no molestaran la vida, por la certeza de cumplir con un mudo pacto social de silenciar entre todos las violencias.» escribe la autora.
Por otro lado, reflexiona sobre el hecho de que «En un mundo donde una de cada seis mujeres de todas las edades es agredida sexualmente o es sujeto de algún tipo de violencia, y donde son más las mujeres que mueren en su entorno doméstico que los hombres que han muerto en las últimas guerras, es posible que conozcas a alguna en la misma manzana en la que vivís o más próximo de lo que imaginás. Solo que, hasta que no llega muy cerca, es difícil creer». Para que no lo sea, el libro arroja luz sobre estos silencios y los transforma en poderosos gritos de justicia. La violencia obnubila la mente. Quita por mucho tiempo la posibilidad de formular pensamientos; es una amenaza a la palabra. «No se lo digas a nadie» es la frase demasiadas veces expresada por los depredadores. Las teorías new age sobre la relación entre adentro y afuera inducen a las víctimas a pensar que algo tienen que ver o, al menos, que aprender. Guardan más hondo su secreto, sienten una difusa inseguridad de sí mismas, y así el mal puede multiplicarse sin sospecha. Quienes padecen caen en la trampa de lavar ellas la ropa sucia de otros, que «por algo habrán aparecido en su vida”, mientras ellos siguen paseándose al aire libre con el beneplácito de miradas sociales que se pretenden neutrales, “respetuosas de la vida privada». Quien escucha puede prestar su voz, su palabra, su mano, su creatividad y su osadía para decir. Según su experiencia, «Cuando empezás a escuchar y a ver, creés que nunca vas a dejar de rechinar los dientes. La primera defensa al horror es la negación. La segunda es la proyección. Las víctimas siguen temiendo hablar por muchas razones, sobre todo, por temor a ser rechazadas y a que la culpabilidad se vuelva sobre ellas producto de los mecanismos de defensa de los perpetradores, que por siglos se las arreglaron para disimular su propia responsabilidad proyectándola en sus víctimas. Pero también de formas introducidas en los pensamientos cotidianos, que juzgan a toda velocidad.»
Nos debemos una reflexión profunda sobre la violencia y su manera de operar en pensamientos sin revisar que la perpetúan, desconociendo su complicidad. Sin olvidar que las mujeres temen ir a las cortes porque son desacreditadas hábilmente por abogados muy entrenados y muy bien pagados para hacerlo. «Esas mujeres se encuentran en esos escenarios por primera vez en sus vidas ante un sistema que sabe muy bien cómo actuar. Es realmente valiente que, por su futuro y el de sus hijos, se animen a hacerlo de todas maneras, con el inmenso costo psíquico y afectivo que implica, además del económico. Es heroico que tengan el valor de hacer lo correcto a pesar de todo. Que avancen ante aquello de lo que la mayor parte de la gente huiría», concluye.
TU CAMBIO ES TUYO
Guía para disfrutar de la madurez sin rendir cuentas
Sylvia de Béjar González
Planeta, 352 pp., 19,90 €
Amordazadas
Jacqui Zieler
Creavida,