La última obra de Javier Marías, extensísima, jalona una impresionante trayectoria narrativa que ya ha rebasado la cincuentena de años y que tuvo en 1992 un punto de inflexión definitivo.
TOMÁS NEVINSON
Javier Marías
Alfaguara, 688 pp., 22,90 €
Hay años que marcan el destino de un autor de forma trascendente. El de Javier Marías, nacido en Madrid, en 1951, fue 1992, cuando disfrutó de un colosal éxito con Corazón tan blanco; se trataba de su séptima novela, de la cual la editorial Alfaguara presentó una edición conmemorativa por el 25 aniversario. En ella se incluyó, en un estuche, dos volúmenes en pasta dura: la novela y el dossier «No he querido saber», con seis textos del autor sobre su libro, imágenes del manuscrito original, reseñas de la recepción del libro, entrevistas, artículos de especialistas en la obra de Marías y una carta inédita dirigida a él de Juan Benet sobre la obra.
El título del dossier era alusivo al inicio de aquella novela: «No he querido saber, pero he sabido que una de las niñas, cuando ya no era niña y no hacía mucho que había regresado de su viaje de bodas, entró en el cuarto de baño, se puso frente al espejo, se abrió la blusa, se quitó el sostén y se buscó el corazón con la punta de la pistola de su propio padre, que estaba en el comedor con parte de la familia y tres invitados». Admitió en su momento el autor, con un recuerdo borroso, que al mirar la fecha de terminación de la escritura, que pone siempre al final de cada libro, la acabó en octubre de 1991, es decir, a los cuarenta recién cumplidos.
La novela tuvo en sus primeros cuatro años un gran éxito de ventas, que ha alcanzado los 2.300.000 ejemplares vendidos en todo el mundo, muy en especial gracias al empujón publicitario del que disfrutó en Alemania, debido al programa de televisión El cuarteto literario, emitido el 13 de junio de 1996, y a una reseña de Paul Ingendaay en el Frankfurter Allgemeine Zeitung, y a los parabienes del crítico literario germano más popular, Marcel Reich-Ranicki. Semejantes elogios acabarían por materializarse en un éxito de ventas hasta alcanzar el número uno en las listas de los más vendidos en Alemania.
Los números son de vértigo: Corazón tan blanco se ha traducido a 37 idiomas con presencia en 44 países. Ha tenido más de veintidós ediciones en el formato habitual de la colección Narrativas Hispánicas de la editorial Anagrama. Más adelante, en la edición en 2006 en la colección Debolsillo, de Random House Mondadori, se añadió un prólogo de Elide Pittarello, en el que explicó los orígenes de la novela, relacionando «su primer latido» con la visualización en televisión de la película Macbeth, de Orson Welles, de uno de cuyos diálogos toma el título: «My hands are of your colour; but I shame to wear a heart so white» (Mis manos son de tu color; pero me avergüenzo de llevar un corazón tan blanco).
El protagonista y narrador de la novela, Juan Ranz, traductor e intérprete de profesión, en su viaje de novios en La Habana, asomado al balcón, es confundido por una desconocida que espera en la calle, y sin querer escucha una conversación de hotel. A partir de entonces «presentimientos de desastre» envolverán su matrimonio. Y como trasfondo aparece el pasado del protagonista, aludiendo a que su padre hubo de casarse tres veces para que él pudiera nacer. Un argumento este que mereció el Premio de la Crítica, el Prix l’Oeil et la Lettre y el IMPAC International Dublin Literary Award 1997.
Estos agasajos de lectores y críticos literarios llegan hasta el día de hoy, hasta la reciente novela Berta Isla (2017), que obtuvo el Premio de la Crítica, el Premio Dulce Chacón de Narrativa Española y el Premio Lettura 2018 de Il Corriere della Sera (Italia). La obra contaba cómo desde muy jóvenes se conocieron Berta Isla y Tomás Nevinson en Madrid, que muy pronto deciden convivir. Hacia el final del libro, por cierto, aparece una cita de Charles Dickens hablando de que «cada corazón palpitante es un secreto para el corazón más próximo, el que dormita y late a su lado». Otro corazón, treinta años después.
Matar o no matar
Tomás es medio español y medio inglés, y por diversos asuntos que tienen que ver con su profesión hace que la Corona se fije en él, lo que provocará que sobrevenga una situación desgracia en que se incluye una desaparición. «Durante un tiempo no estuvo segura de si su marido era su marido. A veces creía que sí, a veces creía que no, y a veces decidía no creer nada y seguir viviendo su vida con él, o con aquel hombre semejante a él, mayor que él. Pero también ella se había hecho mayor por su cuenta, en su ausencia, era muy joven cuando se casó», leíamos en aquella ocasión. Y ahora hay una suerte de continuación con Tomás Nevinson, que estas semanas ha gozado de una impresionante acogida por parte de la crítica especializada, que la ha tildado en ocasiones de la mejor obra de Marías.
«Una excelente recreación de ambientes y el sólido desarrollo de la historia completan la excelencia de esta conseguida novela. Una obra de cuidada estructura y prosa», escribió por ejemplo Jesús Ferrer desde el suplemento de libros del periódico La Razón. La obra cuenta la peripecia de dos hombres, uno en la ficción y otro en la realidad, que tuvieron la oportunidad de matar a Hitler antes de que éste desencadenara la Segunda Guerra Mundial. A partir de este hecho, Javier Marías se plantea la siguiente suposición: si esos hombres quizá debieron disparar contra el Führer, ¿cabe la posibilidad de hacerlo contra alguien más? Como dice el narrador de Tomás Nevinson, «ya se ve que matar no es tan extremo ni tan difícil e injusto si se sabe a quién».
TOMÁS NEVINSON
Javier Marías
Alfaguara, 688 pp., 22,90 €