Con el pretexto de su última novela, que acaba de obtener el revisamos la obra de una de las autoras jóvenes más sobresalientes del panorama español.
Leemos que Laura Fernández (Terrassa, 1981) es periodista y crítica literaria y musical, y una apasionada entrevistadora de escritores. También, que actualmente escribe para El País, aunque ha colaborado en una infinidad de medios en el pasado. Que hace años también trabajó en un videoclub y montó una banda. Que tiene dos hijos y un montón de libros de Philip K. Dick en su casa. Que su obra ha sido traducida al francés y al italiano, y sus cuentos han sido incluidos en numerosas antologías.
Estos detalles, anecdóticos y relevantes a partes iguales, nos llevan a conocer su última novela, La señora Potter no es exactamente Santa Claus, que cuenta la siguiente historia: la fama de la desapacible Kimberly Clark Weymouth, una pequeña ciudad eternamente aquejada por heladas ventiscas y mucha nieve, y donde Louise Feldman ambientó el clásico infantil que da título al libro, permitió a Randal Peltzer abrir una exitosa tienda de souvenirs. Cada día, la ciudad recibe a lectores de la excéntrica escritora y, a regañadientes, vive de ella. Pero ¿qué pasaría si, harto de un destino que no ha elegido, Billy, hijo de Randal, decidiese cerrar la tienda para mudarse a otra ciudad? ¿Podría Kimberly Clark Weymouth permitirse dejar de ser el lugar que ha sido siempre y convertirse en otra cosa? Con esos elementos, además, Fernández reflexiona sobre la maternidad, la creación y la renuncia, el arte como refugio y la soledad del incomprendido.
Feldman, de paso por la localidad citada, en efecto, se inspira en él para ambientar su clásico infantil La señora Potter no es exactamente Santa Claus. El hecho de cerrar las puertas de uno de los mayores reclamos turísticos de Kimberly Clark Weymouth, sin embargo, puede quebrantar la imagen de la ciudad y provocar la ira de los vecinos, y es por ello que Bill urde un intrincado plan para largarse sin que nadie descubra sus verdaderas intenciones. El primer paso es poner en venta en secreto su casa con la ayuda de Stumpy MacPhail, un inexperto agente inmobiliario aficionado al modelismo que ha llegado a la ciudad atraído por su novela infantil preferida. Mientras Bill viaja en busca de un elefante, herencia de una tía domadora, y Stumpy vende la casa a los Benson, un matrimonio de escritores de terror absurdo que necesitan una morada encantada con fantasmas, en Kimberly Clark Weymouth los enredos se suceden, un grupo de reporteros va a la caza de noticias, ruedan los rumores, y los turistas se agolpan, decepcionados, ante las puertas cerradas de la tienda de suvenires.
Observar y cambiarlo todo
Huelga decir que Fernández, con esta última obra y las precedentes, ha ido tramando un universo literario singular, regido por una imaginación ilimitada y un estilo profuso que con un dejo pop toma gestos de géneros como el terror, la narrativa detectivesca y la fantasía para combinarlos por completo. La señora Potter no es exactamente Santa Claus contiene en si otra novela, y un sinfín de personajes extravagantes. Por eso, la novela tiene altas dosis de humor y absurdo, y un aire de magia propio de la literatura infantil en torno a su protagonismo coral: Billy, Stumpy, Madeline, el matrimonio Benson y Louise Feldman, entre otros, destacan junto con una desopilante galería de personajes secundarios compuesta por escritores, reporteros, espías aficionados, detectives, actrices, fantasmas profesionales, agentes inmobiliarios, editores y taxidermistas fanáticos de la célebre señora Potter.
Todo este universo tan sumamente original no extrañará al lector que haya conocido el resto de la obra de la autora: Bienvenidos a Welcome (Elipsis, 2008; Literatura Random House, 2019), Wendolin Kramer (Seix Barral, 2011), La Chica Zombie (Seix Barral, 2013), El Show de Grossman (Aristas Martínez, 2013) y Connerland (Literatura Random House, 2017). Todas estas novelas podrían tener un lema: uno de los epígrafes con el que se abre precisamente La señora Potter…: «Fíjate bien en todo. Ya has estado aquí antes, pero las cosas están a punto de cambiar», de La Tienda, de Stephen King. Son seres de ficción los de Fernández, observadores de una realidad que al instante podrán ver transformada, por propia voluntad o por los azares del destino. Ahondemos en sus textos más relevantes.
Personajes hilarantes
En Bienvenidos a Welcome, ya Fernández destacó como particularísima narradora desde el divertido título, que remitía a un mundo del futuro, repleto de centros comerciales, barrios residenciales y grandes estrellas, donde la vida transcurre como en un plató de televisión. Pero la realidad está a punto de irrumpir en ese mundo feliz. Un objeto volador no identificado acaba de impactar contra uno de los centros comerciales de la ciudad y se estima que hay miles de muertos. Los principales medios locales se ponen en marcha y compiten para cubrir la noticia.
¿Se trata de una campaña publicitaria? ¿Están grabando una nueva sitcom? ¿Se enfrenta el alcalde a una revuelta? ¿Se trata del regreso del legendario escritor desaparecido Rondy Rondy? ¿Será verdad que ha muerto Pedro Juan, el actor de moda? Y si es así, ¿quién pondrá fin a la cadena de suicidios de sus desoladas fans? ¿Es que de verdad se trata de un ovni pilotado por un extraterrestre peludo? El lector, así, conocía a la intrépida Lu Ken, a Claudio Arden, el alcalde enano, a Sarah Du, la única superviviente, a la gran diva Anita Velasco y al aspirante a Welcomitzer Clark Roth, entre otras muchas celebridades.
Más adelante, aparecía Connerland, una hilarante novela sobre todos aquellos escritores que nunca alcanzaron la fama pero que lograron hacernos viajar a lugares mejores. La carrera del escritor de ciencia ficción Voss Van Conner despega el día que se electrocuta con un secador de pelo. Envuelto en una toalla de microdelfines y con el pelo hecho unos zorros, Voss abre los ojos en lo que parece la sala de espera de una nave espacial. ¿Le han abducido, por fin, los extraterrestres? ¿O está verdaderamente muerto, y estar muerto consiste en tener una representante de fantasmas que hasta ahora no era más que una azafata de vuelo adicta al speed dating? Sea cual sea el caso, su muerte será la excusa para que un editor muy importante quiera convertirlo en ORO, para que su mujer admita que estaba a punto de dejarlo y para que su mejor amiga pierda los papeles.
La crítica ha dicho…
Para que nos hagamos una idea del prestigio que ha adquirido esta autora merece la pena echar un vistazo a una selección de opiniones sobre ella como escritora o sobre algunas de sus obras concretas, de parte de críticos literarios en la prensa o colegas de oficio:
«El tipo de novela que Laura Fernández nació para escribir (es decir: otra novela de Laura Fernández) y el tipo de novela que nosotros nos moríamos por leer (es decir: otra novela de Laura Fernández). Y que en esta celebrable ocasión, además de sus poderosas baterías de costumbre, incluye nieve. Mucha y, por suerte, en muchas páginas. Muchas páginas de Laura Fernández. Feliz Fiesta.»
Rodrigo Fresán
«Una escritora poderosa y con un futuro envidiable.»
Manuel Vilas
«Laura Fernández se convierte en la reina de la nueva ciencia-ficción española.»
Álvaro Colomer
«Es un mundo de cultura pop, de cómics y series de televisión, de plástico y vinilo, de celofán y cromos. Y la gracia es convertir todo ello en el mejor elemento para deconstruir y criticar una época, ésta que vivimos, en la que llegar a fin de mes es un milagro.»
Víctor Fernández (Sobre Bienvenidos a Welcome)
«En registro de farsa panorámica desmadrada, construye con humor el doble novelesco de una más bien histérica ciudad de nuestro tiempo sometida a las peores pesadillas mediáticas.»
Sergio Vila-Sanjuán (Sobre Bienvenidos a Welcome)
«Un humor absurdo al estilo de Richard Brautigan o Kurt Vonnegut, el resultado no tiene desperdicio.» Matías Néspolo (Sobre Bienvenidos a Welcome)
«Trae un montón de cosas que faltaban en nuestras letras. En cuanto la lees ya no entiendes cómo podías estar sin ella. Leerla produce la misma euforia que leer a Douglas Adams o a Vonnegut.»
Javier Calvo (Sobre Connerland)
«Un estilo propio, producto de una mirada fresca, desinhibida, gamberra y satírica, que, aunque parezca un juego, requiere una reflexión crítica de la vida.»
Santos Sanz (Sobre Connerland)
«¿Y cómo escribe Laura? Como nadie en este país. Si quieren hacerlo como ella imaginen que esto es la lista de la compra y apunten: 150 gramos de cultura pop, 150 de ciencia ficción real, 200 de humor absurdo, otros 200 de narración visual casi cinematográfica, 450 de personajes con vidas delirantes y una puntita de diálogos no aptos para corazones con taquicardia.»
Rafa Rodríguez Jimeno (Sobre Connerland)
LA SEÑORA POTTER NO ES EXACTAMENTE SANTA CLAUS
Laura Fernández
Literatura Random House, 608 pp., 23,90 €