Divulgador de filosofía y autor de libros de entrevistas, Andrés Lomeña debuta en la novela recordando sus años de nadador.
Hasta el momento, la trayectoria intelectual y de escritura de Andrés Lomeña Cantos (Málaga, 1982) se había limitado a los campos de la filosofía, de la reflexión, en especial. No en vano, es profesor de Filosofía y colaborador del periódico The Huffington Post. También cabe decir que es doctor en Sociología, así como licenciado en Periodismo y en Teoría de la Literatura. Puede parecer tal cosa, porque Podio se publicita como su primera novela, pero ya, mucho tiempo atrás, publicó el libro de cuentos Empacho Intelectual(2008), más otros títulos tan atractivos como los libros de entrevistas Alienación Animal (2010), Crónicas del Ciberespacio (2013) y El Periodista de Partículas (2017), además del ensayo Ficcionología (2016). Es más, hasta hizo el guion del multipremiado cortometraje Psicópolis.
Pero lo que ahora nos interesa más es que, con este debut novelístico, Lomeña ha deseado recuperar su época de joven promesa de la natación, y lo ha hecho por medio de un alter ego femenino, Paula Sen, una nadadora adolescente con una ambición desmedida, en una novela que da comienzo así: “El entrenador jamás te aplaudirá por llegar la cuarta. La gloria nunca rebasa el podio: oro, plata y bronce. Más allá solo hay medallas de cobre o chocolate, baratijas, consuelo para los inconsolables. Para los padres de Lourdes, la elevada exigencia de su hija merece el premio al mérito deportivo, una condecoración imaginaria devaluada por la ansiedad previa a la competición”.
La protagonista no entiende de límites cuando se prepara para dar lo mejor de sí y aspirar no a igualar a las grandes campeonas, sino a superarlas, y es que pretende batir un récord mundial, dominar los cuatro estilos (mariposa, espalda, braza y crol), y hasta inventar uno propio: el estilo Sen. Pero, claro está, semejante entrega no sale gratis, pues el empeño extremo al deporte de élite hace de ella una persona casi neurótica y muy egocéntrica.
El filósofo juguetón
Con un punto de vista narrativo en segunda persona, Lomeña va introduciéndose en el alma y cerebro de una deportista que quiere ser como los mejores, y que es consciente de que para llegar a ser una leyenda, tal y como ella desea con todo su corazón, tendrá que entrenar «de un modo muy cercano a la mortificación». De hecho, el propio narrador de la novela lo explica así, en un interesante juego metaliterario: «Una extraña voz narra tu vida en segunda persona. Esa cadencia singular te habla como un amigo invisible que te anima y te aflige; un murmullo que no cesa te impele a luchar contra ti misma, a trascenderte, a aniquilarte por mor del deporte». De tal modo que es un texto sobre la obsesión de prepararse y ansiar la victoria como nada en el mundo.
Y resulta muy atrayente el enfoque del autor, tanto por su experiencia personal sobre lo que significa el sacrificio que se ha de llevar a cabo para alcanzar el podio en la natación, como las implicaciones mentales, morales y éticas que semejante actividad puede conllevar. Por algo autor de libro bien meditados antes. Ejemplo de ello es su magnífico Filosofía en rebanadas (Arcopress, 2022), donde hizo un juego con la comida y los grandes pensadores: «un filósofo artesano debería ser como un maestro panadero que ofrece diferentes estilos y sabores: baguette (Descartes), pan cateto (Heidegger), barra de Viena (Wittgenstein), chapata (Vico) o mollete antequerano (María Zambrano)». Era la continuación a Filosofía a sorbos, también en Arcopress, donde vertió breves análisis sobre numerosas películas, series y dibujos animados, como Juego de Tronos o Bola de Dragón, que aparecían junto a filósofos como Platón, Aristóteles, Descartes, Kant o Marx.
Alianza, 224 pp., 15,95 €