Una gran novela de un gran escritor, sobre un grupo de amigos en que se recrea cómo era el Madrid de la década de los años ochenta, centrada en el poder de la memoria, la amistad y el amor.
Nacido en Madrid en 1967, Víctor Colden, licenciado en Filología Románica, atesora una interesante trayectoria que llega a su cumbre con Tu sonrisa sin temblar, una historia de amor adolescente en el Madrid de la Movida y los atentados de ETA, que vio la luz en recientes fechas. Es la historia de Michi, Mario, Baquetti, Rubén y Luis, y de Virginia, recién llegada al colegio donde estos chavales estudian, todo lo cual lleva a la evocación de la Asturias de la niñez del enamoradizo Michi.
Como bien dijo Raquel Jiménez Jiménez al hacer eco de esta novedad editorial, Tu sonrisa sin temblar encierra una historia de amistad y primeros amores. Se trata, en sus palabras, de «un viaje amable y conmovedor al Madrid de inicios de los 80, a un Madrid que respiraba tensión política y que bailaba con los casetes de Mamá y Los Secretos». Está, pues, en la línea de diversas novelas y ensayos que, en este último tiempo, se han ocupado de llevar al estudio sociológico y cultural, o narrativo, el espíritu de esa década tan importante para España y las vanguardias musicales.
En Tu sonrisa sin temblar «se subraya la rebeldía juvenil del grupo, la disconformidad airada ante los abusos de poder de los que son testigos los amigo», dice diciendo Jiménez Jiménez. Por su parte, Bartolomé Medina, en su texto «Víctor Colden o la novela de nuestras vidas», ya indicó muy oportunamente el hecho de que el autor, al publicar su libro Inventario del paraíso (editorial Canto y Cuento), lo hacía dando comienzo a un corpus programático; «cuando en 2021 Newcastle edita Veinticinco de hace veinticinco, la sensación de que esa inmersión en la memoria generacional no iba a quedar ahí se hizo presente», añadía.
De tal manera, que esta nueva novela tendría una línea coherente con la andadura general de Colden, que a ojos del citado crítico literario, es «una novela que parece situarse en el centro del imaginario de toda una generación». Los primeros años de la movida, la adolescencia de un grupo de estudiantes de secundaria en un colegio del madrileño barrio de Argüelles, la inicial y el terrorismo…, en unas páginas que nos llevan a locales con música y humo, tiendas de libros y discos.
Recuerdos vivos
Tamaña impronta cultural en la juventud de aquel tiempo se deja percibir por las continuas referencias en el texto a autores o poemas, con personajes además con una pulsión creativa muy acentuada. Siguiendo con Medina, asimismo, la novela nos llevaría de forma meticulosa al barrio de Argüelles, con sus parques y avenidas. De modo que muchos lectores que conozcan esa área de la ciudad de Madrid o hubieran vivido en aquellos años se sentirán profundamente identificados con la obra.
El seguidor de Colden, o el que aún no haya conocido su prosa, disfrutará una vez más de su estilo literario, que tantos elogios ha despertado. «Aparte de la finura del estilo -tan exacto, tan… transparente-, tiene la finura del ‘saber recordar’ con el grado justo de melancolía […]. En suma, un precioso libro…», dijo Felipe Benítez Reyes de Inventario del paraíso, sobre los recuerdos de antaño, con un Michi en los años setenta, en pleno veraneo andaluz.
Porque si algo caracteriza la literatura de Colden es ese evocar, no exento de nostalgia, en todos sus libros, con una mirada especial a los ojos que vieron la vida desde la infancia. Y para muestra, otro título significativo, los artículos de Gazeta de la melancolía, del que Pedro Sevilla afirmó: «Qué bella prosa. Ay de la prosa que sólo huela a tinta. La de Gazeta de la melancolía huele a España, este solar nuestro tan baqueteado. Como en las grandes páginas de Azorín, o de Cervantes, hay en ella un mundo vivo, que se toca, se oye, se degusta. Y sobre todo, en ella hay un hombre, un ser vivo que ama, comparte, compadece, sueña, cree y descree…».
Prosa exquisita
Aquel libro se hablaba de viejos recuerdos, de la amistad perdida, de libros, de dichas y pesares, mediante finas estampas vívidas y emocionantes. Y algo parecido se podría decir de Veinticinco de hace veinticinco: «Un libro tan pequeño de tamaño como grande de palabras y emoción, este de Víctor Colden», como apuntó Miguel Sánchez-Ostiz, y del cual María Borràs escribió: «Su prosa es delicada, exquisita, parece hablarnos al oído». En el libro, Colden reconstruía su vida de veinticinco años atrás demostrando lo crucial que es la conciencia del pasado en nuestra existencia.
Acabemos, en fin, preguntándonos lo que se decía Antonio Manilla al reseñar en un mismo texto los dos últimos libros mencionados: «¿Quién es Víctor Colden, ese autor cuyos textos nos cuentan años evocados con una escritura de azoriniano “caballero inactual”? ¿Quién es este Víctor Colden del que acabo de leer dos libros, el segundo y tercero suyos, repletos de sugerentes evagaciones y distracciones de la imaginación?». «¿Cómo hace para que su prosa nos dé la sensación a sus lectores de que nos hace caminar hacia dentro, hacia el interior de nosotros mismos?», proseguía.
Este lector, asombrado y admirado, decía que se trataban de libros donde realidad y ficción se hermanaban y donde las letras de las canciones añoradas o que le formaron a uno sentimentalmente tenían una relevancia absoluta. «En ambos títulos de Víctor Colden hallamos prosas de corto aliento, exquisitas breverías labradas con pasión de joyero que engasta las palabras y las emociones en busca de la pieza única», decía Manilla, quien destacaba la manera en que este escritor «aspira a contar la vida en voz baja, con sus horas de amargura y de dicha, con plena conciencia de su voluntad de estilo, jugando con la retórica, es decir, haciéndose preguntas que no tendrían respuesta pero que en el fondo son todo menos retóricas». Pues bien, nada mejor que confirmar estas palabras leyendo Tu sonrisa sin temblar.
Víctor Colden
Pre-Textos, 440 pp., 35 €