Jimmy Burns (Madrid, 1953) es un periodista y escritor angloespañol, nieto del célebre médico y científico Gregorio Marañón e hijo de Tom Burns, diplomático británico que actuó como espía durante la Segunda Guerra Mundial. Su vida ha transcurrido a caballo entre Inglaterra y España, y es un reputado y galardonado periodista futbolístico que ha colaborado con Financial Times—diario del que fue corresponsal en Sudamérica— The London Observer, la BBC o The Economist. Es autor de The Land that Lost Its Heroes (Bloomsbury, 1987) sobre Argentina y la Guerra de las Malvinas que obtuvo el prestigioso Somerset Maugham Award al mejor libro de no-ficción en 1988; Maradona, la mano de Dios (Aguilar, 1997); Barça: la pasión de un pueblo(Anagrama, 1999); Cuando Beckham llegó a España (Pearson Alhambra, 2005), Papá espía(Debate, 2010), De Riotinto a La Roja (Contra, 2012), Cristiano & Leo (Córner, 2018) y Francisco, el papa de la promesa (Stella Maris, 2015). Actualmente colabora en diversos medios tanto británicos como españoles y preside la British Spanish Society, puente de entendimiento entre España y Gran Bretaña.
Ahora presenta La Premier League (Almuzara),
El libro aprovecha su doble condición de británico y español para analizar el fútbol de una de las partes. ¿Teme no haber sido imparcial?
Nací en Madrid ―de madre española y padre británico― y me eduqué en colegios y universidades en Inglaterra. Mi vida de periodista y autor son idas y venidas por el mundo, sobre todo a caballo entre dos culturas, la anglosajona y la hispana, cada una con sus óptimos y menos admirables aspectos. Creo que la ventaja de ser bicultural y bilingüe es tener esa «perspectiva de la otra ribera» para mirar cada país sin prejuicios de índole nacionalista y con una actitud abierta, critica y espero que objetiva. Respeto lo más humano y ejemplar de ambos países, algo que se ve no solo en este libro más enfocado en la cultura, sociología, y política del futbol británico sino en otros que he escrito sobre el futbol hispano, como De Riotinto a La Roja.
¿Cuáles son, a su juicio, las diferencias más notables entre el futbol inglés y el español? ¿Qué deberían aprender mutuamente el uno del otro?
Creo que la pasión tribal que vemos por cada equipo en el futbol inglés, sean grandes o más modestos, surge de una larga historia, la más antigua del deporte ya que los ingleses fueron los pioneros. En todos los estadios se vive un ambiente muy efervescente ―como si los 90 minutos de cada partido fuese cuestión de vida y muerte―. Yo diría que solo en estadios como el del Bilbao, y el del Sevilla se aproxima uno al inglés, mientras que en el Bernabeu y el Camp Nou hay mucho turista y socios que van a ver el futbol como si fuesen ópera o teatro.
En los clubs ingleses, la identidad se basa en un sentido de solidaridad comunitaria, mientras que en La Liga Española, en cierto modo, a veces se pierde el punto de vista deportivo y se convierte en un tema político y nacionalista. Existen el racismo y la desigualdad en ambos países y confío que vayan avanzando en combatirlos, aprendiendo mutuamente buenos ejemplos de respecto y civismo.
¿Qué hace de la Premier la mejor liga del mundo? ¿El dinero todo lo puede?
Sin duda la Premier es una máquina de dinero con unos recursos que superan a cualquier otra liga europea. La Premier, por ejemplo, gasta más en los mejores jugadores y entrenadores del mundo, y solo la recaudación por derechos televisivos equivale a la recaudación de La Liga y la Bundesliga. El resultado es que La Premier es la liga más competitiva del mundo y yo diría también que la mejor organizada, con los equipos luchando en cada partido como si fuese una final. También es un factor importante el inglés, que es el idioma global por excelencia.
¿Cree que deberían ponerse límites a la entrada de los petrodólares de países autoritarios y dictaduras en el universo del fútbol? ¿Dónde ponemos los límites?
En La Premier hay ejemplos de clubs importantes financiados por estos estados, como el Manchester City y el Newcastle, por no hablar del Chelsea que, como explico en el libro, consiguió numerosos trofeos durante el largo y controvertido régimen del ruso Abromovichhasta que el gobierno ingles le declaró «persona non grata» después de la invasión de Ucrania.
Personalmente no considero ético que ciertos estados como Arabia Saudí se sirvan de su inversión en el deporte internacional para blanquear su reputación en cuanto a la violación de derechos humanos. Desgraciadamente sin embargo, hay hinchas y seguidores que no tienen un sentido ético, sino un comportamiento dentro del campo bordeando la locura y la intolerancia que solo piensan en ganar a todo costa.
Como expreso en el libro, espero que la Premier League encuentre la manera de seguir siendo no solo más abierta al mundo, sino un verdadero emblema del juego limpio, ético, además de genuinamente redistribucionista, que nos llevaría a un mejor futuro del cual podrían seguir disfrutando aficionados de todo el mundo. En el futbol, igual que en la vida y la sociedad en general, hay que tener líderes con sentido de civismo y del bien común; por tanto, la organización del futbol comercial y profesional tiene que ser transparente y responsable.
¿Cuál es su opinión de los pequeños clubes que plantan cara a los cinco grandes que dominan la Premier?
La competividad de La Premier ―de la cual ya he hablado― se debe al hecho que no hay monopolios ni duopolios. Dedico varias páginas a pequeños clubs con grandes historias, clubs muy guerreros que no se acobardan en frente de los grandes, Davids frente a Goliats que practican buen juego y a menudo ganan.
En el libro cuenta casos de nuevos jugadores hijos de la globalización, algunos de ellos negros, que plantan cara al racismo. ¿Es el fútbol inglés más racista que el de otros países?
Yo diría que el futbol inglés no es más racista que el de otros países. Hay un hecho indudable y es el ejemplo antirracista que da el apoyo al Black Lives Matter, así como el activismo social liderado por jugadores, jugadoras, estrellas y ejecutivos del futbol inglés, que luchan contra la injusticia con sus palabras y gestos en público. Solo hay que ver la mezcla de razas (además de nacionalidades) en cada club. Constituye, en parte, un reflejo de un país multicultural que se nutre en cierto modo de los descendientes de las viejas colonias, pero también de un mercado que, a pesar del Brexit, sigue siendo muy fluido, con pocos obstáculos a entrenadores y jugadores de alto nivel.
Últimamente, celebrities y deportistas ajenos al mundo del fútbol, especialmente estadounidenses, se están interesando (e inviertiendo) en el fútbol inglés. Hablo, por ejemplo, del nadador Michael Phelps, el baloncestista LeBron James, las estrellas del fútbol americano J.J. Watt y Tom Brady, el actor Ryan Reynolds… ¿Hay peligro de una disneyficación a la americana del futbol inglés?
Creo que lo que motiva a muchos estadounidenses es en pensar que será una buena inversión, pero también porque lo ven diferente al deporte en su propio país. Quizás en Gran Bretaña sienten que hay pasión genuina de profundas raíces tribales, historia, alma y corazón… que cuenta con la solidaridad y el apoyo de los hinchas ingleses.
A la hora de cerrar esta entrevista, no se ha celebrado aún la final del Mundial de Fútbol femenino entre España e Inglaterra. ¿Qué valoración hace del papel que han jugado ambas selecciones?
He seguido con gran interés e ilusión el crecimiento del futbol femenino profesional y su muy merecido aumento en popularidad. Me he sentido orgulloso ―como al anglo-español que soy y padre de dos hijas― del gran ejemplo y éxito que han ofrecido las selecciones de Inglaterra y España , finalistas del Mundial, con juego lleno de entrega, creatividad, y solidaridad, incluyendo respeto y compasión hacia la adversaria.
En su libro habla del auge, precisamente, de las leonas inglesas. ¿Qué futuro depara al fútbol femenino? ¿Se mantendrá esté interés por el fútbol femenino o habrá sido flor de un día?
No tengo ninguna duda que el futbol femenino va a seguir avanzado, ya que aún constituye uno de los sectores de nuestra sociedad donde se vive una desigualdad injustificada de oportunidad y salario. Afortunadamente, ya existe un gran público diverso y simpático al que les gusta cada vez más. Nada de ser flor de un día, esto va a seguir floreciendo y bienvenido sea.
Confiésenos su once ideal, entrenador incluido.
Mas allá de pensar en individuos, mi ideal pasa por gozar de buenos partidos, jugados por mujeres o hombres en cualquier estadio, a ser posible bien construido, ameno y con un juego sin perjuicios, abusos, y trampas, respetando al otro. En definitiva, un juego definido por el arte, la solidaridad y la alegría, como la vida misma.
¿Qué lee usted en su tiempo libre?
De vez en cuando una novela en español o inglés o u libro de historia sobre el Siglo XX. Me gustan el amor y la amistad, al igual que la rebeldía contra la injusticia bien contados, por eso me gusta tanto la maestría literaria de Charles Dickens, Shakespeare y Cervantes. Tengo que confesar que también me fascinan en ficción y no ficción los espías que suelen ser personas muy complejas.
¿Qué libro (o libros) le habría gustado escribir?
Papa Espía y el Papa de La Promesa, y uno libro de viaje por Latino America que escribí hace tiempo atrás con la inocencia y la ilusión de joven corresponsal itinerante y enamorado pero que es fiel testimonio de lo que vi y sentí en una época de esperanza y persecución que era los ochenta , Beyond the Silver River (Bloomsbury).
¿Cuáles son sus próximos proyectos?
Estoy dando los últimos toques a un nuevo libro que me publica la editorial inglesa Chiselbury este otoño, A Faithful Spy, otra biografía de un espía inglés ya fallecido, que dejó un archivo que llegó a mis manos y me dio mucho material para crear una gran historia que cruza guerras y continentes. A más largo plazo estoy pensando en un libro sobre Churchill y España en editar una colección de mis artículos, una tipo de memorias humanistas, a caballo entre culturas.
LA PREMIER LEAGUE
Jimmy Burns
Almuzara, 304 pp., 19,95 €