A final de cada año, editorial Maeva selecciona una novela a modo de colofón al calendario editorial. Se trata de su LIBRO DEL AÑO, que destaca por su calidad y por el éxito internacional que le precede, y tiene todos los elementos para convertirse en la favorita de los lectores.
Este año, el título elegido es La biblioteca de las lectoras valientes, de la periodista y novelista Kate Thompson, ex colaboradora de The Daily Express y The Daily Mail. Una historia basada en un hecho real: una biblioteca subterránea en Londres durante la Segunda Guerra Mundial que salvó muchas vidas.
En octubre de 1922 se inauguró la primera biblioteca pública permanente del distrito de Bethnal Green gracias al empresario escocés Andrew Carnegie, que contribuyó con 20.000 libras (y las autoridades locales recaudaron las 16.000 restantes). El Daily Herald la describió el día de su apertura como «una de las mejores bibliotecas de la metrópoli».
¿Qué se leía veinte años más tarde? En 1942 sus estanterías albergaban títulos como Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell, Por quién doblan las campanas, de Ernest Hemingway, Qué verde era mi valle, de Richard Llewellyn, Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, Escoria de la tierra, de Arthur Koestler, Las crónicas de Herrie, de Hugh Walpole, Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas, Finnegans Wake, de James Joyce, Las estrellas miran hacia abajo, de A. J. Cronin, El cielo y tú, de Rachel Field, Rebeca, de Daphne du Maurier, Diario de Berlín, de William Shirer, Esto sobre todo, de Eric Knight, El castillo del odio, de A. J. Cronin, El poder y la gloria, de Graham Greene o Maldad bajo el sol, de Agatha Christie…
Ese año, las bibliotecas públicas de Manchester habían registrado un récord de préstamos de más de 5.000.000 de volúmenes; en Portsmouth se realizaron un millón más y, en zonas como Barnes y Swindon, que antes de la guerra no contaban con ningún servicio de biblioteca pública, se abrieron delegaciones a toda prisa. En algunos distritos londinenses, a pesar del descenso de la población, los índices de préstamo alcanzaron los niveles más altos jamás registrados. En tiempos de guerra, las bibliotecas públicas eran parte de la salvación. Muchas personas, sobre todo mujeres jóvenes de clase trabajadora, desarrollaron una pasión por la lectura y se inscribieron por primera vez en una biblioteca. Algunas empezaron a leer durante el Blitz para no pensar en las bombas y ya nunca lo dejaron.
Esta novela arranca en el East End londinense, en 1944. El mundo está en guerra. Gran parte de la población lo ha perdido absolutamente todo. Algunos han logrado construir una suerte de comunidad en la estación de metro de Bethnal Green, donde ya se hacinan más de 5000 personas. En ese «nuevo barrio» prospera una comunidad secreta con miles de literas, una guardería, una cafetería y un teatro que ofrecen refugio, calidez y distracción frente a las bombas que caen en el exterior.
Es allí donde una antigua bibliotecaria, Clara Button, ha creado la única biblioteca subterránea del país y se asegura de que sea el corazón palpitante de la vida subterránea. Organiza cuentacuentos para los niños, crea un club de lectura e incluso lleva libros a las fábricas donde trabajan miles de mujeres. Ruby Munroe, su descarada y glamurosa amiga y ayudante, siempre está a su lado. No están dispuestas a rendirse, ni siquiera cuando el nuevo jefe de la Biblioteca Central de Londres, el señor Pinkerton-Smythe, se lo ponga extremadamente difícil. Él no cree que los libros deban estar al alcance de todo el mundo, ya que su valor es meramente educativo y no todos alcanzan a su comprensión. Esta postura choca con la de Clara, quien opina que los libros son especialmente importantes en los tiempos difíciles, porque ayudan a evadirse de la dura realidad.
A medida que la guerra se alarga, la determinación de ambas de mantenerse fuertes ante la adversidad se pone a prueba y harán que el amor crezca más y más en Clara y Ruby hasta hacerlas más fuertes de lo que jamás imaginaron.
Kate Thompson basa su novela en hechos históricos, sobre todo en uno particularmente especial para quienes amamos los libros: el refugio de Bethnal Green y su biblioteca subterránea, que existieron en realidad. Han sido unos cuantos los habitantes del East End que han compartido aquellos días durante la guerra con ella, amén de la investigación exhaustiva llevada a cabo y que se refleja en la bibliografía que se cita al final de la novela —la presente edición incorpora además unas interesantísimas notas sobre la verdad tras la ficción—.
Archivos de historia local, fotografías, testimonios de quienes visitaron aquella biblioteca (y que pueden leerse al final)…Todo ha servido para pintar el paisaje de aquel universo cálido que acoge al lector como lo hizo en su día con sus usuarios, un fondo donde las novelas románticas convivían con los clásicos de la literatura, los libros infantiles, la poesía y las obras de teatro. Como señala Thompson, «me he tomado ciertas licencias creativas al hacer que mi biblioteca ficticia esté regentada por Clara y Ruby, sea un poco más grande y tenga un horario de apertura más amplio, pero todas los demás datos sobre el refugio subterráneo, su increíble comunidad y sus instalaciones, desde el teatro hasta la guardería, los niños que juegan al pillapilla por los túneles e incluso la habitación del terror, son ciertas. La biblioteca de Bethnal Green cumplió cien años en 2022, así que me propuse el objetivo de entrevistar a cien trabajadores de biblioteca. Desde bibliotecarios de la posguerra hasta bibliotecarios feministas y activistas, desde bibliotecarios escolares hasta la voluntaria de lectura más anciana de GranBretaña (dediquémosle todos un saludo a la inimitable Nanny Maureen), desde personal cualificado hasta personal no cualificado. Todos ellos comparten una cosa: la fe inquebrantable en el poder de los libros y de la lectura para cambiar vidas».
No dejen escapar el Libro del Año que nos ofrece Maeva: una novela histórica espléndidamente documentada, emocionante, que trata sobre la amistad, el amor a los libros, el papel de las mujeres en tiempos de guerra, y también sobre la pérdida y cómo con ayuda es posible llegar a sanar, aunque las heridas perduren en la memoria.
LA BIBLIOTECA DE LAS LECTORAS VALIENTES
Kate Thompson
Maeva, traducción de Ana Isabel Sánchez, 411 pp., 22,90 €