Teresa Cardona (Madrid, 1973) ha publicado en Francia junto a Eric Damien las novelas negras Un travail à finir y Terres brûlées bajo el seudónimo de Eric Todenne.
En Ediciones Siruela han aparecido Los dos lados (2022) y Un bien relativo las dos primeras entregas de su serie policiaca ambientada en San Lorenzo de El Escorial. Ha recibido el Premio Villanúa Rural Noir en 2023.
Ahora presenta, también en Siruela, La carne del cisne, un nuevo caso de la teniente Karen Blecker ante por la aparición de un cadáver en uno de los chalets de la carretera que conduce al club de golf de la localidad.
Una muerte violenta, un juicio que no ha conseguido esclarecer con nitidez quién ha sido la víctima y quién el verdugo… Un caso que, con sus numerosos interrogantes, obligará una vez más a la pareja de la Guardia Civil a revisar sus convicciones: ¿son los hechos inequívocamente monocromos?, ¿es su verdadero color el que muestran a primera vista? ¿O, como el cisne, ocultan bajo un níveo plumaje su carne oscura?
¿Qué libro recuerda de su infancia?
Los cuentos de la Alhambra, de Washington Irving.
¿Qué libro no pudo terminar?
Ulysses, de Joyce (pero no he perdido la esperanza).
¿Qué libro desearía que no se hubiera acabado nunca?
La casa de los espíritus, de Isabel Allende.
¿Qué libro le gusta regalar?
Sin destino, de Imre Kertész.
¿Qué libro no regalaría nunca?
Un libro que no me haya leído.
¿Qué libro le habría gustado escribir?
El muro, de Marlen Haushofer.
¿Qué cree que se debería hacer para fomentar la lectura?
Concienciar a los niños desde pequeños en que la lectura es la ocupación más maravillosa que existe. Los padres tienen la primera oportunidad de conseguirlo: Un niño que se va a la cama a gusto porque su madre o su padre le lee un cuento y protesta porque este para de leer, será un lector apasionado (que nos lo digan a todos los que leíamos bajo la sábana …). Creo que también el colegio puede hacer mucho: mis hijos tenían un profesor que, si acababan los ejercicios pronto, les premiaba con poder sacar un libro. Este mismo empezaba sus clases con un capítulo de un libro de historias mitológicas: no tenía ni un solo retraso. Y enseñar los diez derechos del lector de Daniel Pennac.