Max Brod en 1914. © Desconocido.
El mundo editorial se puso en marcha para celebrar este junio el centenario de la muerte de Franz Kafka (Praga, antiguo Reino de Bohemia, 3 de julio de 1883-Klosterneuburg, Austria, 3 de junio de 1924), quien vaticinó la sociedad actual: burocrática, judicial, controladora, asfixiante. Revisamos así las novedades kafkianas.
Por sí sola, la frase de Hermann Hesse sobre Franz Kafka «Etéreo como un sueño y exacto como un logaritmo» contiene el poder de la síntesis y la precisión que define a un escritor que sigue fascinando como muy pocos en nuestro mundo contemporáneo. Sus obras se reeditan en múltiples formatos, incluidas las adaptaciones al cómic, y tanto sus textos de ficción como los correspondientes a sus papeles de orden personal, son susceptibles de nuevas interpretaciones que añaden conocimientos tanto como enigmas.
Así, por estar de constante actualidad editorial y por el tópico de que, dado su carácter visionario, fue el escritor paradigmático del siglo XX –lo cual se extiende a un XXI, más si cabe, kafkiano por sus burocracias, abusos de poder y absurdos–, leer sus libros también nos conduce a su Praga natal. De hecho, el visitante que quiera conocer in situ a Kafka de manera vívida, podrá disfrutar en la capital checa del Museo Franz Kafka, en que se puede recorrer su vida, conocer su contexto sociohistórico, ver con detalle cómo era la Praga de su tiempo y contemplar primeras ediciones de sus obras, más un sinfín de documentos, fotografías y material audiovisual gracias a una exposición en penumbra. Además, cerca de este lugar, dentro del inmenso recinto del Castillo de Praga, se puede ir a parar al Callejón del Oro, en una de cuyas casas, de techos bajos y construcción muy humilde, vivió en los años 1916-1917.
Asimismo, para quien guste de recorrer toda la vida y obra a fondo de este genio, hay al alcance una mastodóntica biografía de Reiner Stach que publicó la editorial Acantilado en 2016: Kafka. Los primeros años. Los años de las decisiones. Los años del conocimiento. A lo largo de sus páginas el lector verá cómo Kafka pasó una existencia llena de contradicciones y ansiedades. Se trató, como documentan muchos testimonios, de una personalidad bondadosa que amó y temió Praga a la vez; una figura que cada vez se volvió más introspectiva, entregada a sus cuentos y novelas de manera obsesiva, y que se comprometió con varias mujeres para desdecirse al final.
Un autor enamoradizo
Justamente, hubo un libro de Michael Kumpfmüller que ahondó en lo biográfico y amoroso, si bien de modo novelesco, La grandeza de la vida (Tusquets, 2016), el cual convertía a Kafka en personaje literario a partir de lo que pudo pensar, hacer, sentir. Todo alrededor de un tiempo muy específico y de una persona que será determinante en la recta final de su vida. Así, lo veíamos en julio de 1923, en la colonia judía de Müritz, a orillas del mar Báltico, en la que estuvo de vacaciones ya enfermo de tuberculosis, atraído por la mujer que conoce allí, la cual ejerce como cocinera pero en realidad es actriz, Dora Diamant. Ésta conoce al «doctor», como se le llama desde el principio, y queda subyugada por su finura, intensidad y delicadeza.
Es este el mismo magnetismo, en todos los planos, el vivencial y el literario, que exhala Kafka y que tiene su reflejo en tantas ediciones de sus obras y trabajos sobre él. Y de todo ello habrá más que nunca a lo largo del presente año, pues, con el pretexto de que murió hace cien años, en concreto el 3 de junio de 1924, se irán sucediendo libros casi cada mes. Entre los primeros está Soy Milena de Praga (Galaxia Gutenberg), de Monika Zgustova. Con esta novela podrá verse al enamoradizo Kafka, que por cierto de joven se sintió fuertemente atraído por dos actrices del teatro yiddish, a lo que le siguieron relaciones que póstumamente derivaron en misterios a los que no todos dan crédito. Tal es el caso de Grete Bloch, amada de Kakfa cuando este estaba comprometido con otra mujer (Felice Bauer), que aseguró en una carta haber tenido un niño con él –sobre el cual, supuestamente, el escritor no sabría nada– y que dio en adopción.
Asimismo, se sabe con certeza que también se interesó por Fanny Reiss, una alumna de su amigo Max Brod de la escuela para refugiados judíos, y que con Julie Wohryzek, a la que conoció en una pensión del Tirol italiano, llegó a acordar planes de boda. Pero Kafka, deseoso de soledad, se torturaba diciéndose que no estaba dotado para convertirse en marido y que, a menudo, se ennoviaba más por carta que de forma presencial, solapando sus amoríos: estando comprometido, se enamoró de la traductora Milena Jesenská, aunque tampoco se abriría un futuro claro entre los dos. Zgustova habla de esta mujer, traductora y escritora de gran coraje, de su postura política de defensa del feminismo y de su oposición al régimen de Hitler.
Alud de ediciones
En la misma editorial, aparece el segundo volumen de las Cartas –el primero se publicó en 2018–, que abarca la etapa 1914-1920. También ve la luz, en Páginas de espuma, Cuentos completos (con prólogo deAndrés Neuman), con la narrativa breve de Kafka íntegra, después de una colaboración con la Biblioteca de Tel Aviv, que atesora algunos de los manuscritos del autor de «La transformación», como se suele llamar últimamente a «La metamorfosis». El célebre texto tiene una edición en Letraherido, que nos vuelve a transportar a este memorable arranque: «Cuando Gregor Samsa se despertó una mañana tras un sueño intranquilo se encontró en su cama transformado en un insecto enorme».
Dicha novedad tiene el aliciente de un prólogo de Albert Camus, que afirma: «El secreto de Kafka reside en la oscilación perpetua entre lo natural y lo extraordinario, lo individual y lo universal, lo trágico y lo cotidiano, lo absurdo y lo lógico”. Y hablando de relatos, Nórdica publica Un artista del hambre (ilustraciones de Federico Delicado), que se publicó en 1922 en una revista literaria y que tiene como protagonista a un ayunador profesional de un circo que se muere de hambre en una jaula sin que el público le haga el menor caso. También, en septiembre, la misma editorial lanzará una nueva traducción de «El proceso», y en Navidad una versión ilustrada de esta misma novela.
Fórcola preparó Por el camino de Kafka. Deambulaciones de K., un ensayo de Miguel Ángel Ortiz Alberosobre el deambular literario, «porque es irresponsable viajar, o andar, sin tomar notas, como él mismo anota en uno de sus Diarios. Y es que así comienza todo, también este texto, con la sugerencia de detenerse para, en calma, escribir en el cuaderno, sobre las rodillas, a mitad del camino. Escritura en movimiento, de camino», dice el autor. Este Kafka punzante y sintético se aprecia en su esplendor en Tú eres la tarea, una serie de aforismos presentados y comentados por Reiner Stach (Acantilado). Su contenido parte de las cien hojas de papel que escribió durante una estancia de ocho meses en el pueblo de Zürau, con apuntes de índole filosófico.
También en Alianza, unos Relatos cronológicos, ilustrados por El Rubencio; se encuentran ahí cuentos como «El jinete del cubo», «El silencio de las sirenas», el famoso «En la colonia penitenciaria» o «La obra», que Kafka creó poco antes de morir, sobre un horadador de cavernas subterráneas que nunca da su trabajo por acabado. Y hablando de ilustradores, cabe citar esta frase: «¿Sabías que una vez fui dibujante?», que escribió Kafka en 1913, como nos recuerda una biografía gráfica, Kafka al completo (Salamandra), del ilustrador Nicolas Mahler; este habla de las obras narrativas del checo y cuenta sus vicisitudes. Además, contamos con Cuentos de animales (Arpa): selección de textos kafkianos entre los que se incluyen, por ejemplo: «El buitre», «Chacales y árabes», «Investigaciones de un perro», «La madriguera» o «Josefina la cantante o el pueblo de los ratones». El posfacio, firmado por Reiner Stach, se titula «El mundo animal de Kafka».
«Kafka te hace reír, sentir y rascarte por todo el cuerpo. Kafka te cambia; leerlo todavía es una experiencia no equiparable a la de ningún otro escritor. Los nuevos territorios de la sensibilidad y del conocimiento, también del pensamiento en el caso de Kafka, todo lo que Kafka te enseña a ver dentro de ti y no veías antes, porque te ha hecho una luz única y frágil pero insustituible, es la marca de lo kafkiano». Son palabras del epílogo de Melchor Comes para una selección de 35 cuentos breves de Kafka que ha recopilado la editorial Comanegra y que contiene también algunos de los dibujos del propio autor.
Todo ello, en fin, surgió de la imaginación de un hombre que se empleó en una oficina de seguros de accidentes de trabajo y que se pasaba las noches en vela escribiendo. Por algo, el creador del insecto Gregor Samsa escribió una vez a su novia Felice: «No soy nada más que literatura”».
Toni Montesinos
Franz Kafka
Arpa, traducción de José Rafael Hernández y Luis Fernando Moreno, 208 pp., 17,90 €
Nicolas Mahler
Salamandra, traducción de Esther Cruz, 128 pp., 20,95 €
Franz Kafka
Nórdica, traducción de Isabel Hernández, 56 pp., 18 €
Franz Kafka
Alianza, traducción de Carmen Gauger y Adan Kovacsics, 256 pp., 22,95 €
Franz Kafka
Alianza, traducción de Carmen Gauger y Adan Kovacsics, 740 pp., 27,50 €
Franz Kafka
Alianza, traducción de Miguel Sáenz, 740 pp., 27,50 €
Franz Kafka
Páginas de Espuma, traducción de Alberto Gordo, 592 pp., 35 €
Franz Kafka
Acantilado, traducción de Luis Fernando Moreno, 256 pp., 18 €
Franz Kafka
Galaxia Gutenberg, traducción de Carlos Fortea, 1064 pp., 47 €
Franz Kafka
Letraherido, traducción de Maite Donoso, 154 pp., 15 €
Franz Kafka
Comanegra, traducción de Anna Punsoda, 170 pp., 17 €