La escritora Mónica Rodríguez (Oviedo, 1969) ha sido galardonada con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, correspondiente al año 2024, por su obra Umiko, ilustrada por Daniel Piqueras Fisk y publicada por Diego Pun Ediciones).
El jurado ha elegido esta obra por «la sonoridad, el dominio de los registros y la belleza del relato en este particular universo genialmente construido a través de una exhaustiva labor de investigación y documentación. Por la capacidad para conectar con el público al que va dirigido y al que acoge y atrapa desde el principio. Umiko destaca por la excepcional calidad narrativa que alberga una original, evocadora y dinámica historia con olor a mar .
Licenciada en Ciencias Físicas, con máster en Energía Nuclear. Trabajó durante 15 años en el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat). En 2003 publicó su primer libro infantil y en 2009 dejó su trabajo para dedicarse a la literatura infantil y juvenil.
© Andreu Dalmau/EFE.
PREMIO IBEROAMERICANO SM DE LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL
Asimismo, la escritora, librera y bibliotecaria colombiana Irene Vasco (Bogotá, 1952) se ha alzado con el XX Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil, que se entregará en la Feria del Libro de Guadalajara que tiene como invitada este año 2024 a España.
El jurado ha valorado que «sus historias sean un espejo de la realidad, transcendiendo a través del compromiso literal y literario. Y que en ellas, de forma transparente y honesta, refleja a los lectores, les da conjuros y sortilegios para mirar y comprender el mundo», y su habilidad para «navegar entre las aguas cristalinas del humor y las profundidades oceánicas que matizan las complejidades actuales.»
La obra de esta autora se caracteriza por su sensibilidad, capacidad para exponer temas universales, y por haber dejado una huella imborrable en la literatura infantil y juvenil iberoamericana. Títulos como Conjuros y sortilegios, El último vuelo de Hortensia, Mambrú perdió la guerra y Letras al carbón han conquistado a generaciones de lectores, y han fomentado la imaginación y reflexión
LA LIBRERÍA CANARIA QUE PLANTA CARA AL RACISMO
Denise Biong (Guinea Ecuatorial, 46 años) forma parte de esas personas anónimas que aportan más de un grano de arena para una sociedad mejor. Hace dos años creó en Santa Cruz de Tenerife la librería Mulema («corazón» en lengua ndowé) para dar voz a autores africanos y afrodescendientes y crear un espacio de diálogo y encuentro en unos tiempos en que el debate alrededor de la migración encona las posturas más extremas.
La librería organiza además talleres para niños que suelen hacerse preguntas y compartir una serie de experiencias. Talleres que les dan más herramientas para entender qué es el racismo, cómo les puede afectar y cómo deben afrontarlo. Como la misma Denise señala, «A un niño negro desde que nace se le cuestiona su raza. Cuando va al colegio en un espacio como el español se le cuestiona y sufre racismo. Y piensa “qué raro soy”. Entonces, cuando le explicas, no le cuesta entenderlo, pero necesita saber de dónde viene todo eso.»
Considera que la literatura puede ser una armadura contra el racismo y en estos momentos apuesta por títulos como Fragilidad blanca: por qué es tan difícil para los blancos hablar de racismo, de Robin DiAngelo (Ediciones del Oriente y del Mediterráneo), Como Europa subdesarrolló África, de Walter Rodney (Siglo XXI) o España no es solo blanca, de Afropoderossa (Molino).