Es alta, rubia, trilingüe, buena lectora, abierta a la cultura y a la vida.
Alemana de nacimiento, británica de formación (University College de
Londres, King´s College de Cambridge) y afincada en Barcelona.
Trabaja como scout, una figura aún poco conocida fuera del mundo
editorial. Se les llama los 007 o James Bond de los libros, y es un
trabajo muy vocacional, pues se requiere ser gran (y rápido) lector,
buen observador y flaneur social capaz de cultivar suficiente encanto
para crear una sólida red de contactos en diversos países.
Anne Vial empezó su carrera profesional en Londres a la sombra de
su mentora, Anne-Louise Fisher, una de las grandes del mercado
anglosajón. En 2007 vino a España para ser editora en Círculo de
Lectores y después de seis años, decidió montar su propia agencia de
scouting pues, según sus propias palabras, así obtiene una fotografía
completa del panorama editorial, cosa que prefiere a los entresijos
interiores del manuscrito.
Posee una buena cartera de clientes, empezando por Penguin
Random House en España, Random House Bertelsmann en Alemania,
Giunti y Bompiani en Italia, Stock en Francia, Gynldendal Norsk
Forlag, etc. ¿Pero cómo opera exactamente un scout? Su trabajo
consiste en ojear y adelantarse a tendencias, autores y títulos de los
mercados en que se mueve (en su caso España y Alemania) para
«chivarles» las novedades a sus clientes de otro país. Es decir, son
cazatalentos y olfateadores de los próximos éxitos literarios. Ello
exige, por supuesto, una importante capacidad lectora, anteponer las
posibilidades comerciales a los gustos personales, ponerse
diariamente al día del mercado nacional e internacional gracias a las
nuevas tecnologías, cultivar los contactos en el mundo editorial y
asistir a ferias, presentaciones y saraos. Y, por supuesto, tener
mucha mano izquierda, un inteligente manejo del soft power para
negociar estrategias editoriales. Sostiene Anne que hay que conocer
muy bien los mercados, los clientes y el propio mundo editorial, y que
hay que administrar de manera inteligente la información, así como
los nervios y la subida de adrenalina en momentos puntuales.
Tiene el alemán y el español tan asociados al ámbito laboral, que en
su tiempo libre prefiere leer el inglés para desconectar.