Un lugar pagano, Edna O´Brien, Errata naturae, traducción de Regina López Muñoz, 17,50 €
Edna O´Brien está considerada una de las grandes de la narrativa irlandesa e inició su carrera literaria en 1960 con la publicación de Las chicas de campo. Desde entonces, su particular mundo literario ha reivindicado de manera sutil y poderosa los conflictos de las mujeres y ha descrito de manera colorista, poética ─pero no exenta de crudeza─ su Irlanda natal.
Se habla a menudo del «alma irlandesa» y si nos atenemos al tópico de pueblos pequeñas, campos de cebada y lluvia intermitente, todo ello está magistralmente descrito en estas páginas de corte iniciático. La voz narrativa ─que siempre se dirige a la protagonista en segunda persona─, describe de manera dolorosa la difícil infancia de esta durante los años treinta y cuarenta del pasado siglo. Resuenan los ecos de la guerra, las viejas costumbres y celebraciones, y sí, también el rumor de la lluvia y los campos de cebada, así como el conflicto y la violencia latente que se adivinan, sobre todo, en la figura paterna y los hombres que conforman la trama.
El tránsito de la niñez a la juventud de la protagonista topa con la severidad familiar, las peleas de sus progenitores, el miedo al ridículo social y la opresiva herencia de un estricto catolicismo. Todo ello se ve sacudido por la peripecia vital de la hermana mayor, un hecho que moldeará la importante decisión vital que toma nuestra protagonista. Como describe la contraportada del libro, «es un libro sobre la difícil vida de las mujeres en un tiempo lleno de conflictos de un tipo u otro []. Un lugar pagano, bellamente bíblica a veces, es probablemente la verdadera novela de Edna O´Brien» y quizás parte de su valor reside en la fuerte carga autobiográfica y en su visión de la familia, el amor, la sexualidad y el miedo.
María Borràs