Diario literario. Paul Léautaud, Fuentetaja, 45 €
La monumental entrega que nos ofrece Fuentetaja es una de las mejores publicaciones que se han realizado en España en estos años. Resulta que la hercúlea tarea de su traductora, Cecilia Yepes, es una selección apretada, pese a las casi mil páginas de las que podemos disfrutar, de un diario de vida que abraza nada menos que diecinueve volúmenes.
Paul Léautaud, que consagró su vida a Mercure de France, vivió como uno de sus tantos gatos –el pelotón de soledades con que se rodeaba–, pergeñando en la oscuridad de la existencia las notas de luz con que prender el ánimo. Inagotable, descarado, siempre auténtico, la pluma de Léautaud es tan certera y honesta que el sajazo se siente en la mirada, al seguir con los ojos el renglón de su relato. No es este un libro de pasatiempo, aunque el tiempo pase con su inmensidad de océano, arrasándolo todo. Es un libro de ratos, de regresos, de lectura infinita, hasta los últimos días, pues Léautaud contaba con unos veintidós años en el primer texto que leemos y la antología se cierra con uno escrito cinco días antes de su fallecimiento a los 84 años.
A partir de ahora, el resto de las escrituras de Léautaud, de las que sobreviven descatalogadas traducciones en librerías de viejo, debería alumbrar las mesas de nuestras librerías, para hacernos mejores lectores y para dotar de excelencia al panorama editorial. Imprescindible, implacable, imperecedero. Un clásico.